El clásico no es ajeno a la psicosis provocada por la amenaza terrorista, tras los atentados de hace una semana en París. En el Santiago Bernabéu habrá 1.200 agentes de la Policía Nacional -seis veces más de lo habitual-, 1.195 efectivos de seguridad privada del Madrid, 80 sanitarios del Samur y 60 de la Cruz Roja para velar por la seguridad de los 80.000 aficionados que acudirán al partido. Los controles de acceso serán más exhaustivos de lo habitual y las autoridades recomiendan al público que acuda sin mochilas ni bolsas. La delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa dijo ayer que "es importante que ese partido se celebre y no suceda nada, que no va a suceder, porque ese partido lo va a ver todo el mundo".