El Liceo necesitaba urgentemente una reanimación anímica y de juego y Jordi Bargalló se lanzó una vez más al rescate. Y eso que se rozó la tragedia. Porque si los seis puntos que le separan del Barcelona en la clasificación de la OK Liga parecen un abismo insalvable, ayer los verdiblancos estuvieron a punto de decir definitivamente adiós a sus opciones de alirón cuando en Alcoy subió al marcador el 1-0. El resultado, unido a las últimas decepciones como la eliminación en las semifinales de la Copa del Rey Copa del Rey o la manita encajada el domingo en el PalaumanitaPalau, ponían a los coruñeses en estado de shock, casi al borde de la defunción. Pero en la segunda parte del duelo el capitán insufló aire directamente en la boca del equipo con cuatro goles y este reaccionó para ganar en la pista del colista. El corazón sigue latiendo. Y si hay vida ya se sabe: todavía queda esperanza.

El 6-0 del pasado domingo contra el Barça en la ida de los cuartos de final de la Liga Europea fue un peso del que los verdiblancos tardaron 25 minutos en liberarse. No fue hasta la segunda parte cuando empezaron a solucionar el partido ante el colista. Y con Jordi Bargalló como actor principal. Un clásico. El nueve no deja que le despisten los movimientos fuera de la pista. Aunque el mérito de poner la primera piedra de la remontada hay que dárselo a Josep Lamas, que antes del descanso puso el 1-1 para neutralizar el tanto de Ferrán Formatjé de falta directa que había abierto el marcador del encuentro. Tras el paso por vestuarios, festival del capitán. Tres goles casi seguidos que solo tuvieron la reacción de otro de David Aguilar. Bargalló volvió a anotar cuando el partido ya languidecía y David Torres, en el último minuto, cerró la goleada.

Entre lo negativo, la bola parada sigue siendo una asignatura pendiente. Este tipo de acciones deciden partidos y el Liceo ha perdido parte del brillo con el que había iniciado la temporada, con un casi infalible Pau Bargalló en las faltas directas y el acierto compartido de David Torres, Toni Pérez y Jordi Bargalló en las penas máximas. Ayer el conjunto coruñés falló un penalti, lanzado por el capitán, y dos faltas directas, una de Pau y otra de Josep Lamas. Nivela la balanza el buen momento de Xavi Malián. Encajó una directa al principio del partido pero ya no se le colaron más. Fue la pesadilla de Formatjé, al que detuvo un penalti y otras dos faltas directas.

El Liceo se mantiene en la tercera posición por detrás del Barça, a seis puntos, y del Vic, a uno. Su maratón de partidos continúa en dos días. El sábado, los verdiblancos reciben en el Palacio de los Deportes de Riazor (19.00 horas) al Caldes con la posibilidad de cobrarse la revancha, ya que en el partido de la primera vuelta perdieron a domicilio ante el conjunto recién ascendido y que lucha por la permanencia. En esa pelea también está el Cerceda. Los rojiblancos situaron un colchón de tres puntos con respecto al Shum, aunque el fin de semana tienen un difícil compromiso en Vic. Y la próxima semana, el 20 de marzo, será la del derbi coruñés con el González Laxe como escenario.