El Madrid respondió a los triunfos de Barcelona y Atlético con un partido firme ante un Villarreal sin mordiente, en un encuentro brillante de Modric que puso el broche con gol, tras los de Benzema y Lucas Vázquez, al octavo triunfo liguero consecutivo y un final de incertidumbre tras retirarse del campo Cristiano Ronaldo.

Encaraba el Madrid uno de los encuentros complicados en su reto de vencer todo en Liga hasta el final de temporada. El Villarreal, pese a sus bajas defensivas, impuso un orden que le costó derribar a los jugadores de Zinedine Zidane. Necesitaban una dosis de paciencia ante un rival que saltaba con dos puntas natos, Bakambu y Adrián, pero centrado en defender. El equilibrio como primera consigna de Marcelino.

La intensidad del Madrid fue la clave para deshacer la igualdad, con Modric como pieza clave en todo lo que generó peligro y con un imán para que los balones vayan a sus botas. Se hinchó a robar y a distribuir con calidad.

Sorprendía Zidane con su apuesta por Lucas Vázquez en lugar de James o Isco. Demuestra que no hay roles en el vestuario si no premio al trabajo. Lo sintió Jesé con la lesión de Benzema y Lucas, que volvió a cumplir, ante la ausencia de Bale. No hay retoques de sistema. El 4-3-3 parece inamovible.

Pese al dominio, el Madrid no generó peligro de inicio. La falta de brillantez ante el planteamiento rival, provoca el nerviosismo en el Bernabéu y es cuando se señala al que está en el punto de mira: Danilo. Desde Wolfsburgo ya no se le pasa una, aunque deje máxima entrega. Pese al nerviosismo que genera el sonido del Bernabéu cada vez que le va a llegar el balón, el brasileño le pone descaro. A la media hora llegó a la línea de fondo para poner un centro a Benzema que no encontró la forma poner el cuerpo para dirigir su disparo a portería.

Sin argumentos ofensivos del Villarreal todo nacía de Modric. Una bicicleta y pase atrás para que Lucas, de primeras, chutase de zurda arriba. El Madrid metió una marcha más. Sentía el gol cerca con acciones de Cristiano desequilibrando en el costado izquierdo. El premio llegó a cuatro del final, el centro del portugués generó un rechace que cayó a Benzema, en el sitio adecuado, para marcar a placer.

Pudo sentenciar Cristiano nada más nacer el segundo acto. El conjunto madridista salió dispuesto a hacerlo, conocedor de la goleada del Barcelona y el triunfo del Atlético en San Mamés.

Comenzó un asedio, con Lucas y Marcelo desbordando por las bandas. El Madrid mantenía el ritmo por el título liguero tras su resurrección y cerraba su victoria con el premio al jugador más brillante del partido, Modric. El croata remataba llegando desde atrás y bajaba el telón de la octava victoria liguera consecutiva.