El Sevilla, que se presentó al derbi hispalense con una racha de un punto logrado de los últimos quince disputados en la Liga, la rompió de la mejor manera, con victoria ante el Betis, que llegó al Sánchez Pizjuán con los deberes de la permanencia hechos pero con poca fuerza atacante.

Fue el cuarto derbi de la temporada, después del empate a cero en el Benito Villamarín en la primera vuelta y las dos victorias sevillistas en los octavos de final de la Copa del Rey (0-2 y 4-0), con lo que son los del barrio de Nervión los que vuelven a sonreír y de paso tomar moral para el partido del próximo jueves en Ucrania ante el Shakhtar Donetsk.

Los primeros remates fueron locales, del argentino Éver Banega, del brasileño Mariano Ferreira y del ucraniano Yevhen Konoplyanka, lo que hizo que el Betis bajara en su fogosidad de inicio y cerrara mas los espacios.

El choque fue más equilibrado en la segunda mitad porque los béticos se atrevieron a salir hacia el área rival y los sevillistas buscaron entonces los contragolpes para hacer daño.

En uno de ellos llegó el 1-0 con un centro del francés Steven N'Zonzi por la izquierda y el remate de cabeza del goleador sevillista, Gamerio.

El 2-0 llegó en el minuto ochenta tras un gran zapatazo desde lejos del lateral Jorge Andújar, Coke, quien había ingresado poco antes al terreno.