Pasado, presente y futuro. El Liceo vive pendiente de lo que pasó, porque sus tropiezos a principio de curso le condicionan para recibir hoy al Vilafranca (Palacio de los Deportes de Riazor, 18.00 horas), de cuyo resultado depende para afrontar un próximo mes de exigencia continúa cien por cien. Porque es importante llegar en la mejor posición posible a los duelos directos que le esperan en las próximas jornadas: Reus, Vic y Barcelona, intercalados por dos partidos de Liga Europea de máxima tensión contra el Oliveirense de Jordi Bargalló y Pablo Cancela.

Pero antes de todo, el Vilafranca, un equipo que no le puso las cosas nada fáciles al Barcelona el pasado viernes. El conjunto culé, que encadena una goleada tras otra, tuvo que sufrir para batir a los del Penedés por 5-7 en un partido que no se resolvió hasta los minutos finales. Fue un triunfo que permitió a los culés seguir a su ritmo de récord, con once victorias en once partidos. Y le mantiene líder de la OK Liga con ocho puntos de ventaja sobre sus dos perseguidores, Vic y Liceo, que recuperó un puesto y es tercero después de que los rojiblancos se impusieran al Reus, ahora cuarto.

Una clasificación que se definirá al término de la primera vuelta con los partidos entre los candidatos. Ya comenzaron el fin de semana, con el duelo entre Vic y Reus que se llevaron los primeros. Hoy se miden Barça y rojinegros, rivales a su vez de los coruñeses el próximo fin de semana. Antes de despedir el año, el Liceo todavía tendrá que enfrentarse al Oliveirense en Portugal (17 de diciembre) y al Vic en casa (20 de diciembre) y a la vuelta del parón navideño, el clásico contra el Barcelona en el Palau (7 de enero) y la vuelta de Jordi Bargalló al Palacio (17 de enero). Mucha pólvora para un mes de infarto.

La victoria contra el Vilafranca significa mucho más en este contexto. Acumular los máximos puntos posibles le permitirá a los liceístas tener un saco de repuesto en el caso de que no le vayan bien los enfrentamientos contra los de arriba. El conjunto del Penedés intentará utilizar las mismas armas que casi le permiten sorprender al Barcelona. Entre ellas, la motivación de un jugador como Ángel Rodríguez, que regresó a las pistas después de dos años de sanción por dar positivo en un control antidopaje. Es una de las novedades del conjunto que entrena Josep Lluís Delriu con respecto a la temporada pasada, de la que solo se mantienen Jordi Galán, Joan Vázquez y Rubén Fernández, ahora lesionado. Casi tantos cambios como en la plantilla del Liceo, a la que está costando ajustar la defensa con las nuevas piezas. El ataque sigue igual de intratable, pero le están marcado demasiados goles. Uno de los aspectos a mejorar de cara al próximo mes.