El Madrid puso fin a su bache de resultados, con un triunfo balsámico gracias a los goles de Sergio Ramos que le otorgan el campeonato de invierno, pero que no despejan las dudas tras resucitar al Málaga en momentos de desconexión (2-1).

El defensa con alma de goleador sigue siendo el salvador. Ramos volvió a aparecer con goles claves -el segundo en fuera de juego- para empujar al Madrid a una reacción obligada pero que no aleja de las dudas a un equipo instalado en su pico bajo de la temporada, con dos golpes por asimilar cuando se había acostumbrado a mantener un récord sin derrotas. Dejó síntomas de reacción sin continuidad, con la necesidad de hacer algo más para que regrese la confianza.

Salió con ese objetivo, recuperarla imprimiendo un ritmo alto al juego, pero perdonando las primeras ocasiones que habrían evitado los momentos de duda que aparecen en cada partido. Tras los elogios excesivos, Zidane sentó a Danilo. Lo protegió de la exigencia del santiago Bernabeu y ni con la lesión muscular de Marcelo recurrió a él. Metió a Isco, arriesgó y encontró el premio.

Una falta lateral la ponía Kroos y Ramos, que tiene un imán para cazar todas, remataba a placer en boca de gol ante una mala defensa del Málaga que tiró el fuera de juego. Seis tantos en Liga , su mejor marca y segundo máximo goleador madridista.

Los goles aportaron calma momentánea en la grada, pudo ampliar diferencia antes del descanso en una contra de Cristiano y Benzema que acabó con centro desviado al poste y en el segundo tiempo midió fuerzas un Madrid que puso su cabeza en el intento de remontada en Copa del Rey y a punto estuvo de costarle caro.