Casi. Casi. Casi. La palabra se repitió como un mantra. Porque así acabaron todas las oportunidades clarísimas que tuvo el Liceo ayer en su duelo contra el Terrasa. Casi gol. Por arriba, por abajo, rozando la red y hasta cuatro palos. El partido de los casi. Salvo en el tanto de Cata Flores, celebrado como una liberación, las verdiblancas se quedaron a un pelo de todo lo que intentaron. Casi robo. Casi rechace. Casi lo ve el árbitro, muy abucheado por el público que llenó las gradas de Elviña II. Con la pista totalmente inclinada hacia la portería rival, sobre todo en la segunda parte, las coruñesas se estrellaron una y otra vez contra una Noelia de la Peña que estuvo enorme bajo los palos. Más ocasiones no pudieron tener. En un partido normal, hubiesen goleado al Sferic, que por el contrario tuvo una efectividad prácticamente del cien por cien. Las chicas dirigidas por Stanis lo intentaron todo, de todas las maneras. Con cabeza y mucho corazón. Incluso sobre la bocina, con una directa. El gol se cotizó demasiado caro y el castigo, además de excesivo, fue inmerecido.

Una buena combinación, un penalti y una contra. Tres acciones que marcaron la primera parte. Carla Crespo dio un mazazo nada más empezar. Bola colgada al área que fue bien rematada por la número 22. No pasaba nada. Todavía se podía dar la vuelta al marcador, como se había hecho en la ida, con dos goles en el último minuto para el 1-2 final. Pero se complicó la hazaña con el segundo, de pena máxima transformada por Erika Ghirardello. Muy protestada porque en la jugada anterior había ocurrido exactamente lo mismo en el área contraria. El Liceo no se rindió y presionó a toda pista. El Sferic casi no pasaba la bola del centro de la cancha, pero avisaba con sus fulminante contras. Las coruñesas robaban a media pista y se lanzaban a por la portería, donde De la Peña fue una pesadilla continua. Y cuando no paraba, le ayudaban los palos, como en un tiro de Cata Flores, muy activa, perfecta en la dirección y que no escatimó esfuerzos.

La chilena tampoco pudo con la directa de la que dispuso cuando su compatriota Puertas, muy agresiva, vio azul. Y minutos después remató desviado por centímetros en el segundo palo un pase de la muerte tras una jugada de combinación. Y el Sferic, como había avisado, sentenció a la contra. Tres pases y gol de Paredes. Terminó la primera parte con una nueva exhibición de la portera visitante. Y así continuó el partido en la reanudación. Disparo de María Castelo, rechace de Lucía Paz, chut de Cara Flores, palo de María Sanjurjo, a puerta pasada... una ocasión tras otra que no entraban ante la incredulidad de los aficionados locales. Derrocharon esfuerzo las coruñesas. No bajaron los brazos. Por eso el gol de Cata Flores fue más que un premio. Las catalanas se pusieron nerviosas. Puertas vio una roja directa por golpear en la cara con su stick a María Castelo. A 4 segundos para el final, Sanjurjo falló la directa. Duro golpe. Pero las verdiblancas todavía están de pie, con cuatro puntos de renta sobre el descenso.