Un buen Eibar pasó ayer por encima de una decepcionante Las Palmas, al que ganó por 3-1 en el campo de Ipurua en un duelo en el los canarios estuvieron desaparecidos durante muchos minutos. Hasta ahora los guipuzcoanos no habían vencido al Las Palmas en casa en Primera División, y tampoco habían puntuado ante el conjunto canario entrenado por Quique Setién, que había ganado los cuatro duelos de las dos últimas temporadas con el cántabro en el banquillo.

El duelo prometía goles y ya en el minuto 13 Bebé abrió el marcador con un tanto al contragolpe. El Eibar buscaba aumentar su renta. Y lo logró porque Kike García, a pase de Bebé tras robar un balón, empalmó con el pie y, sin querer, Aythami Artiles envió el baló a la red para establecer el 2-0. La bronca de Quique Setién a lo suyos en el vestuario debió ser de escándalo, porque el Las Palmas salió con decisión y verticalidad para intentar marcar. Fue Mauricio Lemos el que acortó distanciacs con un golazo de falta directa. Pero la alegría duró poco a los visitantes, porque en la jugada siguiente el árbitro señaló un penalti por agarrón al delantero Kike García, que transformó Adrián González (3-1). Lo siguiente fueron pases, taconazos y jugadas del Eibar.