El Palacio de los Deportes de Riazor no bajó los brazos y animó a su equipo durante los 40 minutos de juego. Entonó el sí se puede con ilusión y optimismo, porque confía en un equipo que nunca se rinde. El Tsunami Naranja, además, puso la banda sonora a un partido al que acudieron 3.000 personas.