Derrota y quinto partido. Palencia decidirá. El Leyma Coruña cayó en un partido que pintó muy mal al principio pero en el que supo pelear para mantener la tensión en los minutos finales (101-106).

El arranque fue catastrófico. El conjunto coruñés era incapaz de encontrarse a sí mismo. Erraba en ataque continuamente y su defensa parecía inexistente. Lo aprovechó el rival para hacerse un buen colchón. Blanch recuperó su mejor versión y un parcial de 2-12 puso a los palentinos por delante. Hasta 31 puntos anotaron en el primer cuarto. A los naranjas, sin embargo, les costaba mucho más. No tocaban aro, ni de lejos, y se iban cargando de faltas. El peor inicio que se podía imaginar. Cuando tenía el pase a semifinales muy cerca, se complicó la vida. Empezó a mejorar antes del descanso. Olmos era el más peligroso y tanto Sabonis como Zyle lo ayudaron para que el Leyma viese al visitante a 11 puntos de distancia (33-44). Con ese panorama, la remontada era posible. Solo hacía faltar creer. Y, por supuesto, mejorar algunas facetas del juego. Lo consiguió el Leyma. Trabajó sin descanso en el tercer cuarto pero los hombres de Sergio García parecían de otro mundo. No fallaban. Daban igual los metros que les separasen de la canasta, todos los balone s entraban.

No por eso se desesperaron los coruñeses, que iban remando poco a poco para intentar llegar a la orilla. Un triple de Monaghan casi hizo que se bajase de la barrera de los diez puntos de diferencia (48-59). Fue todo un espejismo porque Rodríguez y compañía se pusieron manos a la obra para cerrar cuanto antes el partido e igualar la eliminatoria. Individual o en zona, el Leyma intentó parar de todas las maneras a su rival. Pero se vio con las manos atadas. La sangría no paraba y el Palencia ya rozaba los 100 puntos cuando quedaban 10 minutos por delante (68-89).

En circunstancias normales, el Leyma bajaría los brazos para reservar energías de cara a mañana. Pero este equipo ni es normal ni se conforma con nada. Necesita pelear. Por fin, por primera vez en el partido, pudo contener a su rival y sentirse cómodo en ataque (90-98). Puntos que sirvieron para enganchar a la afición, porque ya no había tiempo para lograr la remontada (101-106). Mañana, en Palencia, el choque definitivo.