El Arsenal logró ayer el primer título de la temporada en Inglaterra, la Supercopa, frente al Chelsea con un 1-1 inesperado en el minuto 81, sin ningún fallo en la tanda de penaltis y con los dos lanzamientos fuera de Álvaro Morata y Thibaut Courtois en una final decidida por los errores. Hubo demasiados, repartidos entre el actual campeón de la Liga y el vigente ganador de la FA Cup, para dos equipos que aspiran a competir por la Premier esta campaña, desde los primeros minutos hasta los tiros desde los once metros, ya que en esta edición no había prórroga. La Community Shield la ganó el Arsenal, porque cometió menos en el tramo final.

El partido, el resultado y los goles se explican desde los fallos colectivos o individuales. Hubo unos cuantos en los dos áreas en el primer tiempo, como también en el 0-1 del Chelsea, en el minuto 46, de Víctor Moses, en un saque de esquina, tras un despeje y en una jugada insustancial hasta que Gary Cahill cabeceó hacia el área.

Entre la indecisión de la defensa del Arsenal, ni para salir, antes, con toda la determinación hacia el rechace ni para lanzar el fuera de juego o acechar después el regreso de la pelota al área, apareció Víctor Moses, el más listo de todos a la espalda de la zaga de Arsene Wenger. Controló con el pecho y marcó.

Un despiste clave como también lo fue el empate del Arsenal en el minuto 81. En unos segundos, el Chelsea perdió a un hombre, Pedro Rodríguez, imprudente y expulsado por una entrada dura al tobillo de Elney, y su ventaja en el marcador en el saque de esa misma falta, cabeceada por Saed Kolasinac sin oposición ante Courtois. Al final, el título fue para el Arsenal, que marcó los cuatro lanzamientos que tiró por los dos fallos en tres disparos del Chelsea: el portero Courtois mandó fuera uno y Álvaro Morata erró el otro.