El Leyma no pudo curar ayer en Riazor ante Manresa la herida de Palencia Palencia al caer 66-74. El equipo catalán metió el dedo en la llaga y le endosó a los coruñeses su segunda derrota consecutiva. A pesar de que el conjunto de Gustavo Aranzana hizo un buen encuentro, la victoria se escapó gracias al acierto en el último cuarto de hombres como Nacho Martín o Gabriel Lundberg.

El Leyma sigue en los puestos nobles de la clasificación, los que dan derecho a jugar el play off, pero con muy poco margen de error en los cinco partidos que faltan por disputarse en esta fase regular.

El choque de ayer comenzó con un equipo coruñés bien plantado en defensa, pero frío en ataque. Casi cinco minutos necesitaron los jugadores de Aranzana para conseguir su primera canasta en juego ya que los cuatro puntos iniciales llegaron mediante cuatro tiros libres convertidos por Sergio Olmos. El rival cogió carrerilla y llegó a ponerse en el marcador 4-17, una ventaja que empezaba a ser peligrosa. Pero un tiempo muerto reorganizó la defensa coruñesa, que maniató a los tiradores catalanes y aquí se acabó la anotación exterior del rival. Manresa estuvo casi cinco minutos sin subir ni un punto a su casillero.

El conjunto naranja sólo anotó un triple en todo el primer cuarto, lo que hizo que su cuenta anotadora se resintiera y permitiera a Manresa irse al final de estos diez minutos iniciales con cinco puntos de ventaja.

El segundo cuarto empezó bien para los coruñeses, consiguiendo un parcial de 10-0 que les acercó en el electrónico 14-17. Las ventajas que tuvieron los dos equipos fueron muy cortas, pero al final fue Manresa quien se llevó al gato al agua y quien acabó por delante al descanso. El tiro exterior coruñés siguió siendo una asignatura pendiente. Lo mejor de este parcial fue la gran actuación de Olmos bajo los aros cargando de faltas a los jugadores rivales.

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Leyma 66 - 74 ICL Manresa

El tercer parcial comenzó 31-35, con el Leyma por debajo, pero esta desventaja duraría muy poco ya que los jugadores coruñeses iban a dar todo un recital de juego en estos diez minutos. Poco a poco, el equipo de Aranzana fue aprovechándose de la falta de acierto rival en el tiro y consiguiendo acercarse e incluso ponerse por delante en el marcador. A Manresa no le entraba nada, ni siquiera las canastas fáciles. A falta de un minuto para el final, el Leyma ya le había endosado un 16-0 a los manresanos pasando del 34-42 al 50-42.

Pero un momento de precipitación local dejó el colchón de ocho puntos en únicamente tres para empezar el último cuarto.

El Leyma estaba en racha y había hecho un tercer parcial para enmarcar. La cuarta y última entrega del encuentro prometía espectáculo, pero al final ofreció mucho menos de lo esperado.

Manresa le vio las orejas al lobo, vio peligrar la victoria y leyó los últimos minutos a la perfección. Supieron jugar con tranquilidad, algo que el Leyma no hizo. Los árbitros le pitaron la cuarta personal a los catalanes y desde ahí el equipo coruñés se lanzó a provocar la quinta y los tiros libres. El bonus no llegaba, y el Leyma ya estaba sumido en una dinámica de precipitación y desorden de la que ya no supo salir.

Al final del encuentro, el entrenador local Gustavo Aranzana destacó el gran partido y esfuerzo de sus jugadores, pero también arremetió contra los colegiados asegurando que el rasero aplicado en las faltas personales en los dos primeros cuartos no fue el mismo que el de la segunda parte. "Hay que tener el mismo respeto a mis jugadores y a mi equipo que a los otros", sentenció duramente el técnico vallisoletano al final del choque. Al final, nueva derrota que aprieta la clasificación.