El Madrid intentará convertirse esta noche en el primer finalista de la Liga de Campeones y proseguir firme su camino hacia un tercer título consecutivo, aunque para conseguirlo tendrá que estar a su mejor nivel en el Santiago Bernabéu para no recibir ningún susto de un Bayern de Múnich que debe remontar el 1-2 adverso de hace una semana.

El conjunto madridista se encuentra ya a un paso de saber si la apuesta a lo que lo fió prácticamente todo a finales de diciembre le ha salido bien. Tras perder el Clásico y alejarse en la Liga, los de Zinedine Zidane, sin reconocerlo públicamente, centraron todos sus esfuerzos en seguir haciendo historia en la Liga de Campeones.

Casi cinco meses después, el actual campeón de Europa podría convertirse en el primero en dos décadas que se mete en tres finales seguidas desde que lo lograse la Juventus (1996-98), aunque la Vecchia Signora sólo ganó en la primera ocasión. Enfrente, un Bayern al que no se le da demasiado bien el Bernabéu, pero dispuesto a aprovechar cualquier resquicio para dar un nuevo susto.

Y es que el Madrid no puede olvidar la noche del pasado 11 de abril, cuando estuvo cerca de desperdiciar un marcador aún más favorable (0-3) y sólo evitó la prórroga por el recordado penalti en el descuento. Por ello, tendrá que saltar concentrado y con la lección aprendida ante un rival con mucho más poderío ofensivo que el de Massimiliano Allegri.

Zidane ha pedido a los suyos que no especulen ni reculen por el marcador a favor y ahora falta por ver lo que harán los de Jupp Heynckes, cuya filosofía también reside en no dar ningún paso atrás y que tiene la experiencia del año pasado cuando se encontró con el mismo escenario en cuartos y llevó el partido al tiempo suplementario.

De cara a lo que se presenta como una nueva batalla de máxima tensión, los dos equipos tendrán bajas, menos en el bando local, pero de mayor complejidad. Zidane perdió en el Allianz Arena a Dani Carvajal y su sustituto natural, Nacho Fernández, acaba de salir de una lesión muscular y ha hecho los dos últimos entrenamientos por lo que podría ser de la partida para frenar a un Franck Ribéry que hace una semana fue un auténtico y continuo peligro.

Si el canterano no estuviese listo, con Achraf sin opciones y con la opción más complicada de mover a Sergio Ramos por la presencia de Robert Lewandowski, la solución de urgencia sería la de poner a Lucas Vázquez, que fue el que acabó el partido en esa posición en Múnich, pero con menos prestaciones defensiva para medirse al veterano extremo francés, que en esta ocasión tendría además la ayuda de David Alaba, novedad visitante para mejorar su llegada por banda. Por su parte, Heynckes no podrá contar con Robben ni Boateng.