Su carácter pausado, demasiado para algunos, le ha traicionado en algunas ocasiones. Su presunto carácter displicente hizo que se le señalara en determinados momentos como un elemento de desestabilización dentro de la plantilla, pero a la vez esa misma personalidad tranquila le ha servido para evitar incidentes, como el que protagonizó con Oltra prácticamente a estas alturas del campeonato, pero en la primera vuelta.

El portugués transmitió serenidad cuando el entrenador le recriminó voz en grito tras un cambio ante el Almería en Riazor el haber abandonado el campo por una de las líneas de fondo en lugar de hacerlo por el centro. Esa calma la mantiene para analizar el momento que atraviesa el equipo y los nervios que parecen haber aflorado tras los últimos resultados. "No nos debemos preocupar mucho por los que vienen detrás", respondió el defensa cuando se le cuestionó por la distancia de la que disfruta el Deportivo sobre sus perseguidores.

Zé Castro recordó que el equipo blanquiazul todavía conserva el primer puesto de la clasificación y depende de sí mismo para ascender de forma directa, y además como campeón de la categoría. "Lo que tiene que importarnos son nuestros partidos", insistió el portugués, quien a la vez recordó la privilegiada situación en la que se encuentra el equipo a falta tan solo de seis jornadas para el final del campeonato.

"A principio de temporada, si pensáramos que íbamos a tener estos puntos, todo el mundo diría que sería muy bueno", reflexionó. Las dudas tras los últimos resultados, sin embargo, han enfriado un ambiente que hasta hace bien poco tenía como principal preocupación en qué fecha se celebraría el ascenso. "A mí no me gusta hacer cuentas, el fútbol es aleatorio", proclamó Zé Castro, que en el partido ante el Valladolid compartió el centro de la defensa con Borja y lanzó el pase que desembocaría en el penalti sobre Lassad. "Antes era una cosa que hacía con más frecuencia", matizó sobre su atrevimiento para dar salida al juego del equipo mediante balones en largo.

Esa acción sería determinante para sumar un punto que mantiene las diferencias: "Siete puntos sobre el tercero son bastantes".