Sin ser ajeno a la situación que atraviesa el fútbol español, divido por luchas intestinas entre sus principales protagonistas y a expensas de lo que decidan las plataformas televisivas, el Deportivo ha conformado una plantilla acorde a la estado de las arcas del club. Sin apenas inversión, se han incorporado ocho futbolistas para completar un conjunto que garantice la permanencia en la Primera División como objetivo único e ineludible manifestado dentro de todos los estamentos blanquiazules.

El club se instala así en un cortoplacismo inaugurado la pasada campaña exigido por la urgencia de recuperar la categoría lo antes posible y casi que obligado a nutrirse de futbolistas cuyos contratos finalizasen o bien llegaran a préstamo de otros conjuntos.

Así se construyó la plantilla del curso del ascenso y así se ha confeccionado la del que arrancará mañana con el partido ante Osasuna en el estadio de Riazor (19.00). Siete de las ocho incorporaciones son cesiones, la mayoría de ellas sin opción a compra, y la octava, la de Marchena, la facilitó el hecho de que el central rescindiese de mutuo acuerdo su vinculación contractual con su anterior equipo.

Bajo esta premisa de coste cero, la directiva ha cubierto las bajas que se produjeron en el equipo al finalizar la temporada pasada, y que tampoco dejaron un solo euro en las cuentas del club. Las ausencias más significativas con respecto al curso del ascenso, sin embargo, se han solucionado de manera ilusionante por parte de la directiva teniendo en cuenta las estrecheces económicas por las que atraviesa la entidad.

La marcha de Colotto rumbo a Barcelona dejó un hueco difícil de cubrir en la defensa y en la grada. La dirección deportiva, pese a la maniobra inicial de Roderick, cerró la llegada de Carlos Marchena, internacional con galones hasta hace bien poco y campeón del Mundo y de Europa con el conjunto español, que desde el mismo instante de su presentación conectó con la afición.

Más sencillo en lo que a lo sentimental se refiere, pero tan complicado como en el caso de Colotto en lo deportivo, resultó la marcha de Andrés Guardado para jugar las próximas temporadas en el Valencia.

En este caso, el club ha apostado por una mezcla de veteranía y juventud. El sustituto natural del mexicano parece que será el portugués Pizzi, con experiencia europea y en la Primera División tras su breve paso por el Atlético de Madrid. La directiva amplió a la vez la cesión de Salomão para disponer de un jugador con un registro diferente y que en el camino de regreso a Primera División el curso pasado llegó a inflamar al graderío con acciones que Riazor llevaba ya años sin contemplar. Con el papel de comodín llegó hace apenas unos días Javier Camuñas. Su aportación y experiencia parecen en principio encaminadas a oxigenar a los jugadores de banda, pero también a Valerón, cuyo papel a lo largo de la temporada se presume a estas alturas como una de las principales incógnitas a resolver.

En principio, parece que Oltra le mantendrá el papel que le otorgó el año pasado como referente de la plantilla, pero todavía está por ver cómo responde el canario de nuevo en la máxima categoría del fútbol español. En el caso de que el motor del de Arguineguín no soporte el exceso de minutos, el club se ha guardado las espaldas con la cesión de un joven centrocampista portugués procedente del Sporting de Lisboa y con minutos incluso en la selección absoluta de su país. Sobre las botas de André Santos están puestas buena parte de las ilusiones del país vecino por disponer de un verdadero centrocampista creativo y el Deportivo espera aprovecharse al menos una temporada del talento de un futbolista cedido por un año sin opción posible de compra.

Lo incierto del papel de Valerón se traslada a otro de los jugadores de mayor peso dentro del vestuario. Su influencia deportiva, sin embargo, decayó durante la temporada pasada, lastrado por una serie de lesiones que apenas le permitieron gozar de continuidad. El regreso a Primera División se presenta así para Manuel Pablo como la oportunidad de volver a portar el brazalete de capitán y ocupar el lateral derecho del conjunto blanquiazul, posición que no se ha reforzado y que cuenta con Laure como alternativa.

El costado más débil de la defensa continúa siendo el izquierdo, para el que ha llegado Evaldo en sustitución de Morel. El puesto de titular será para él por delante de un Ayoze que terminó la temporada pasada suplente de un descarte inicial del técnico y que no consiguió reconciliarse con la grada después de una serie de actuaciones desafortunadas.

El caso contrario le ha ocurrido a Álex Bergantiños, quien a pesar de convertirse en uno de los referentes para la afición por su ascendencia blanquiazul ha visto cómo el club incorporaba para su posición a un centrocampista de solvencia contrastada. El colombiano Abel Aguilar parte en principio con ventaja como pivote de contención en el caso de que José Luis Oltra decida mantener el dibujo que empleó durante toda la temporada pasada.

Si el valenciano inicia el campeonato con la filosofía del anterior, tendrá las suficientes piezas para encajar después de las maniobras del club en un mercado que todavía no está cerrado.