Los datos de los pagos del Deportivo a los bancos en amortizaciones e intereses en los últimos diez años por los créditos suscritos, una información que nunca se facilitó hasta ahora al detalle, arrojan conclusiones sorprendentes.

El club coruñés reembolsó desde 2002 por el crédito sindicado de 63 millones (47 más 16 de ampliación en 2005) con Banco Gallego y Caixanova más de 42 millones y pagó desde entonces más de 12 milllones en intereses. En el otro crédito de 24 millones suscrito con Caixa Galicia, el Deportivo pagó desde 2003 casi la mitad, 11 millones y medio más casi 6 millones en intereses. Es decir, que el club coruñés devolvió a los bancos casi 54 millones y les pagó 20 millones de intereses. En total, el Deportivo les reembolsó 74 millones sobre unos créditos de 87 millones. El saldo negativo real entre el dinero liberado por los bancos y la cantidad devuelta por el Deportivo es de 13 millones sobre unas operaciones cercanas a los noventa millones.

Este saldo negativo del club coruñés es apenas un grano de arena si se compara con los colosales créditos impagados por una galaxia de promotores inmobiliarios que provocaron el descomunal agujero que llevó a las cajas a la ruina y que nunca se han detallado.

El contenido de la auditoría de KPMG sobre la fusión de las cajas gallegas, que hoy revela este periódico, estimaba en 2009 unas pérdidas de ambas entidades financieras por el ladrillo de más de 3.000 millones de euros. Pero a diferencia del celo extremo que se mantiene sobre deudas como las del club coruñés, a día de hoy todavía no se conoce la identidad de quienes pidieron esos créditos impagados que arrastraron a las cajas a la quiebra ni cuánto dinero se les dio a cada uno, ni si llegaron a devolver algo.

Como se puede comprobar en el gráfico anexo, los pagos del Deportivo a los bancos se produjeron con regularidad hasta el año del primer descenso a Segunda, en 2011, cuando el club blanquiazul sufrió una importante reducción de ingresos.

A poco más de un mes para que el Deportivo afronte una posible descenso a Segunda B por impago a jugadores o sea liquidados por falta de acuerdo con sus acreedores , como ha ocurrido esta misma semana con el Salamanca por una deuda de 24 millones, las cuestiones claves para encontrar una salida a la dramática situación del club coruñés permanecen todavía sin horizonte de solución.

El Dépor deberá saldar o garantizar antes del 30 de junio el pago de una deuda de unos diez millones de euros con sus jugadores, si quiere evitar el descenso a Segunda B. El último día de junio finaliza el plazo para poner en orden estos pagos y a partir de esa fecha la comisión mixta formada por la Federación, Liga y jugadores analizará qué clubes incumplen la nueva normativa y deberán ser descendidos. El plazo de alegaciones antes de tomar la fatídica decisión en ningún caso se alargará más allá de julio.

La llave para evitar este hundimiento del club coruñés la tienen los bancos, como precisó el juez concursal Rafael García Pérez en el auto que establecía unas condiciones draconianas para que el Deportivo recuperase los 9 millones bloqueados de Mediapro para hacer frente a estos pagos vitales para su supervivencia.

La otra espada de Damocles que pende sobre el club blanquiazul es que no se logre un acuerdo con sus principales acreedores, Novagalicia, Banco Gallego y Hacienda, sobre la renegociación de la deuda , principalmente de la bancaria, lo que acarrearía su liquidación, tal y como le pasó esta semana pasada al Salamanca.

El Deportivo ofreció la semana pasada un plan de viabilidad a los bancos en el que se contemplan un plazo de pago de la deuda de 20 años sin quita. El club haría este año un desembolso inicial de 5 a 6 millones a Hacienda y 2,5 a los bancos.

Todavía no hay respuesta de los principales acreedores, Novagalicia, Hacienda y Banco Gallego. Los dos últimos están a la espera de lo que haga Novagalicia, el mayor acreedor bancario, que marcará la pauta en este proceso vital para el club coruñés. La deuda del Deportivo es una cuestión que lleva personalmente en Novagalicia el presidente de la entidad, José María Castellano.

El economista Gay de Liébana, experto de referencia sobre la situación económica de los clubes españoles, que acaba de presentar precisamente estos días pasados su último informe sobre las finanzas del fútbol, defendió a este períódico que la única fórmula razonabole para abordar situaciones como las del Deportivo es la de darle tiempo para pagar.

De lo contrario, estima Liébana, todos saldrían perdiendo: el club desaparecería, ningún acreedor cobraría nada y A Coruña se quedaría sin un fundamental patrimonio económico y social.