Era el primer entrenamiento de la semana después de la derrota en Tenerife, en la que el equipo evidenció sus problemas en la creación al mismo tiempo que confirmó el dolor de cabeza que experimenta con cada jugada a balón parado, y la búsqueda de soluciones de Fernando Vázquez a los problemas mostrados por el equipo no se hizo esperar. Por tercera vez en lo que va de temporada, lo que se pudo ver sobre el césped de la ciudad deportiva de Abegondo fue un ensayo de un nuevo esquema de juego, quizá el que se emplee el domingo ante la visita del Castilla a Riazor.

Lejos de insistir, lo que ha caracterizado a Vázquez en este inicio de campeonato con altibajos, es la capacidad de ampliar el abanico de posibilidades para el equipo. Ayer probó una inédita hasta la fecha y que todavía no se le había visto ensayar. Lo que hizo el entrenador deportivista ayer fue levantar una pirámide.

La derrota en Tenerife confirmó las dificultades que poseen los deportivistas para desplegarse en ataque y poner en dificultades al rival, pero al mismo tiempo cuestionó la solidez defensiva del equipo. La fortaleza atrás había sido hasta entonces la principal seña de identidad del equipo, pero los cinco goles a balón parado encajados de los siete totales en la Liga lo han puesto en entredicho.

Fernando Vázquez planea corregir estos problemas con un esquema más equilibrado. Por este motivo, ayer se sirvió de 4-3-2-1 y de un jugador cuyas oportunidades se limitaron a la Copa, pero que ofrece posibilidades hasta ahora poco exploradas por el técnico.

Hasta ahora, en las tres ocasiones anteriores en las que Vázquez modificó sus planteamientos, se sirvió de jugadores que terminaron ocupando posiciones poco habituales para ellos. Las estrecheces de la plantilla terminaron recostando a Juan Carlos sobre un costado cuando el técnico alteró su 4-2-3-1 inicial para pasar a un 4-1-4-1. Ayer, sin embargo, el entrenador deportivista echó mano de Teles para formar un centro del campo más poblado con jugadores más acostumbrados a jugar en esas posiciones. El portugués formó con Juan Domínguez y Wilk en un primer tramo del entrenamiento en el que Vázquez insistió a sus jugadores con la circulación rápida de la pelota.

Por delante se situaron Rudy y el argentino Culio, que regresará al once titular después del partido de sanción que le obligó a perderse el encuentro frente al Tenerife. En punta quedaría en solitario Borja.

El matiz introducido por Vázquez ahonda en la búsqueda de soluciones del técnico desde que comenzó la temporada para encontrar la fórmula que mejor se adapte a los efectivos que posee. El equipo, sin embargo, no acaba de encontrarse cómodo, sin un sistema equilibrado que le permita desplegarse con peligro y afianzarse en defensa.

La solvencia atrás ha permitido a los deportivistas sumar victorias a domicilio para situarse en la parte alta de la clasificación, pero en Riazor las dificultades para imponerse a los rivales han terminado por ofrecer una versión muy pobre de los blanquiazules. El rendimiento como visitante compensaba las debilidades en casa, pero la derrota del sábado en Tenerife ha modificado el escenario en el que se movía el equipo hasta ahora.

El Castilla podría alumbrar el domingo en Riazor un nuevo dibujo de los deportivistas, que sin un sistema definido ni unas intenciones del todo claras buscan otra vuelta que les permita no perder pie con respecto a los equipos de cabeza en un momento del curso en el que se enfrentará sucesivamente a Mallorca y Recreativo.