Un millar de aficionados deportivistas se manifestaron ayer en defensa del Deportivo bajo el lema O Dépor non se toca ante la amenaza de Hacienda de reactivar los embargos contra el club al ser aprobado por la junta de acreedores el convenio que presentó el actual consejo de administración frente al que propuso la Agencia Tributaria. La protesta comenzó en la puerta cero del estadio de Riazor, una vez concluyó el partido contra Las Palmas, y discurrió hasta la Delegación de Hacienda en la calle Comandante Fontanes, donde finalizó cerca de las tres de la tarde.

La convocatoria de los Riazor Blues, con el apoyo de las 57 peñas que participaron en la reunión celebrada el pasado jueves en la sala de prensa de Riazor, se inició con una concentración en la puerta cero del estadio a las dos de la tarde con el grito "Facenda, escoita, o Dépor non se toca", un eslogan que repitieron continuamente los manifestantes hasta el final del recorrido, alternándolo con otros con críticas a un medio de comunicación coruñés. Los seguidores exigieron a los representantes de Hacienda que concedan al club coruñés el mismo trato que a otros que han afrontado un concurso de acreedores y que se avenga a negociar con los representantes de la entidad en lugar de activar los embargos, que supondrían la liquidación del Deportivo.

Las 57 peñas convocantes de la manifestación de ayer urgen a Hacienda a que "acepte consensuar un acuerdo" con el club, según expusieron en el comunicado que hicieron público el viernes, y que "deje de lado su tentativa de firmar un convenio con unos porcentajes y tiempos de pago muy por debajo de la totalidad de los ya rubricados por el resto de clubes apremiados por las deudas de los años dorados" de la Liga española. También reclaman a la Agencia Tributaria que acepte la firma del convenio aceptado por el 60% de los acreedores durante la junta celebrada la pasada semana, que estipula un plazo de 17 años más dos de quita para satisfacer la deuda denominada blanda. Esta condición la aceptaron también las entidades financieras -Novagalicia Banco y Banco Gallego- para liquidar su deuda privilegiada.

El recorrido de los seguidores blanquiazules se inició a las 14.15 horas desde la puerta cero. Un furgón de la Policía Nacional abría la marcha de los manifestantes, que hicieron un alto a la altura de la plaza de Portugal, para permitir el paso del tráfico rodado y evitar un colapso como el que causó a aquellos que procedían del estadio o de la zona de San Roque de Afuera. Fue a esa altura, en la zona del Playa Club, cuando el grupo de manifestantes se redujo debido a la fuerte lluvia que empezó a caer en ese momento. Algunos desistieron de continuar con sus muestras de apoyo a lo largo de la marcha. Sin embargo, la tormenta no impidió que alrededor de 200 seguidores continuasen con su recorrido hasta la sede de la Delegación de la Agencia Tributaria.

Cuando los integrantes de la manifestación se adentraron en la calle Comandante Fontanes, se encontraron con otro numeroso grupo de seguidores que volvieron a unirse, una vez que había dejado de llover, para repetir las mismas proclamas que acompañaron los marcha. Esta vez frente a la fachada de la Delegación de la Agencia Tributaria en Galicia, donde se reunieron alrededor de 500 deportivistas, según la cifra facilitada por la Policía Local.

La marcha contó con el apoyo de otras agrupaciones deportivistas y también con el de los tres candidatos a la presidencia del club en las elecciones que se celebrarán mañana -Tino Fernández, Germán Rodríguez Conchado y Manuel López Cascallar-, que el pasado sábado mostraron su adhesión a la manifestación a través de sus respectivas cuentas de Twitter. En el interior del estadio, la única referencia que hubo a la concentración de apoyo a la entidad blanquiazul fue una pancarta que los Blues mostraron en la segunda mitad, para recordar la hora de la concentración.

Las peñas, con esta manifestación, pretendían, según habían indicado en su convocatoria, "exigir respeto por el Dépor, ejercer presión" y evitar que el deportivismo, "ante la delicada situación que atraviesa el club", quede "como mero espectador del juego macabro a vida o muerte en el que se está convirtiendo la firma del convenio concursal".

Estas 57 agrupaciones de seguidores declaraban moverse por "el amor por un escudo, unos colores y una camiseta", y censuraban también a la "Alcaldía, los políticos municipales y los demás poderes fácticos coruñeses" por acudir a Riazor "a sacarse las fotos" en "los tiempos de vino y rosas" del Deportivo y "dejarle a la deriva" en la actualidad.