Isaac Cuenca es uno de los fichajes estrella de este Deportivo. Su procedencia del Barcelona lo coloca en el punto de mira de la afición y le va a obligar a demostrar lo que mostró con la camiseta azulgrana. Lo sabe, pero reclama tiempo porque la lesión y el tiempo sin jugar todavía juegan en su contra. También el reloj es un enemigo del equipo, pues con la plantilla sin cerrar y una pretemporada "que no ha sido fácil", las lesiones y tantos jugadores nuevos, el debut del equipo en Los Cármenes contra el Granada es una incógnita. Pese a todo la idea es clara: "competir al máximo para sacar los tres puntos" en esta primera jornada de la Liga.

El viaje a Colombia, los numerosos partidos, casi todos seguidos, impidieron desarrollar una planificación coherente durante el verano, aún así y pese a las numerosas novedades, empezando por Víctor Fernández, "el mensaje del técnico lo tenemos bastante claro. Creo que nos faltan cosas tácticas, es normal. Todavía nos queda mucho por mejorar, y seguro que mejoraremos", aseguró.

A nivel personal, Cuenca está llamado a centrar los focos de los seguidores blanquiazules. Lo que mostró con la camiseta del Barcelona es lo que se le va a pedir en Riazor. No es poco y lo sabe. "Todo jugador tiene que demostrar, pero recién venido del Barcelona, la gente tiene unas expectativas puestas en mí y espero demostrar lo que soy capaz de hacer en un campo de fútbol", dijo el exterior blanquiazul, que, como había hecho el día anterior José Rodríguez, considera el vestuario deportivista como "una gran familia".