Modibo Diakité pasa página tras su accidentado debut frente al Madrid. El martes, en Balaídos, le tocó seguir desde el banquillo un derbi en el que considera que "lo más justo hubiera sido un empate". Reconoce que todavía no está en plena forma y asume que ahora mismo está un escalón por debajo de Alberto Lopo y Sidnei Rechel en las preferencias del técnico, aunque trabaja duro cada día para encadenar "dos o tres encuentros seguidos" que le ayuden a adquirir esa chispa que solo da la competición. El francés lleva menos de un mes en A Coruña, pero la aclimatación al club y a la ciudad está siendo "muy fácil", gracias sobre todo a sus compañeros. "Me están ayudando mucho a integrarme y a acostumbrarme al fútbol español. La ciudad es bonita. No hay ningún problema de adaptación. Todo es perfecto", relata en italiano bajo la atenta mirada de uno de sus agentes, Luca Battello, que hace de traductor.

-¿Por qué eligió Santa Cruz para vivir?

-Paso mucho tiempo en casa. Prefiero estar tranquilo, descansando.

-A la mayoría de sus compañeros no los conocía, ¿alguno le ha sorprendido especialmente?

-He visto que todos son buenos técnicamente. Me ha impresionado sobre todo el número 10, Juan Domínguez. En general, veo que todos son futbolistas técnicos.

-¿Cuál es la principal diferencia entre el fútbol español y el que se practica en Italia o Inglaterra?

-El calcio italiano es muy táctico, y también tiene jugadores de calidad; el fútbol inglés es muy físico y hay mucho contacto; y el español es el más espectacular. Se juega mucho con la pelota y es el más bonito de ver.

-¿Necesita un tiempo para acostumbrarse?

-Si uno quiere y tiene voluntad, se adapta rápido. No es un problema. Como todas las cosas, uno se tiene que acostumbrar a la novedad.

-¿Qué es lo que le pide Víctor Fernández?

-El entrenador quiere hacer un fútbol bonito. Sus ideas son buenas. Lo que quiere de mí es que defienda. Espero ganarme un puesto pero sé que ahora los titulares son Sidnei y Lopo. Lo que quiero es poner al míster en dificultades a la hora de elegir.

-Pese a su gran altura, él destaca de usted su velocidad. ¿Es una de sus principales virtudes?

-Sí. La velocidad, la explosividad y el juego de cabeza. Trato de adaptarme lo más rápido posible a la mentalidad del fútbol en España para intentar jugar siempre.

-¿Y cuál es ese cambio de mentalidad?

-Buscar siempre jugar el balón y empezar jugando desde la defensa. Un defensa no tiene solo que defender sino empezar también el juego del equipo.

-¿Su error en el sexto gol del Madrid es consecuencia, precisamente, de ese afán por querer jugar el balón siempre?

-Es algo que hago normalmente, pero quizá la condición atlética me impidió hacerlo bien. Quizá era mejor jugar la pelota en largo. Tengo culpa por lo que hice pero nos enfrentábamos al Madrid. Jugábamos contra fenómenos. La próxima vez no sucederá.

-¿Le sorprendió ser titular frente al campeón de Europa?

-No. Estoy acostumbrado a jugar contra grandes equipos. No estaba al 100% de mi condición y el partido salió mal, pero aunque estuviera bien físicamente no iba a cambiar nada. Es normal. No era un partido para considerar que había que ganar. Estoy tranquilo. Hay que ir poco a poco. Hice la pretemporada sin jugar y solo disputando encuentros se va a adquirir la mejor forma. Me falta ritmo pero con partidos pronto estaré al 100%.

-¿Cuánto le falta para alcanzar esa plenitud?

-No lo sé. Es cierto que soy un jugador fuerte, muy potente y explosivo. Solo jugando dos o tres partidos seguidos cogeré ese ritmo y la máxima condición.

-¿Cree que su debut le llegó demasiado pronto, y más teniendo en cuenta que el rival era el Madrid?

-No. Jugar fue correcto y bueno para mí porque participé los 90 minutos. Tengo que pensar así. No hubiera cambiado nada si jugara yo u otro compañero. El Madrid hizo un partidazo. Para mí no fue un problema disputar ese encuentro.

-En la primera media hora el Dépor plantó cara al Madrid, pero en la segunda parte bajó los brazos y casi recibió gol en cada disparo. ¿Por qué ese cambio?

-Los primeros 30 minutos fueron buenos pero un partido no dura 30 minutos sino 90. Al principio el equipo estaba compacto y no tenía problemas, pero después se alargó. No es culpa de ninguno. Cuando perdimos la posición en el campo ellos nos superaron con más claridad.

-¿Le queda una espina clavada por haber recibido ocho goles el día de su debut?

-No. No me va a pesar para nada. En cuartos o en semifinales de la Champions el Madrid le mete cuatro o cinco goles a equipos más grandes, con todo el respeto para el Deportivo. Lo que pasó me sirve de experiencia. No me queda una espina clavada porque si miras todos los goles, la mayoría fueron increíbles. Hasta los equipos más fuertes se defienden ante un rival como el Madrid. La primera cosa es defender y luego atacar. Los goles no son solo culpa de uno.

-El martes no jugó, pero comprobó la emoción del derbi desde el banquillo de Balaídos ¿Qué le pareció el clásico gallego?

-Es un bonito derbi. El empate sería un resultado más justo. Medunjanin fue inteligente al cambiar de lado el lanzamiento de penalti. Hay que darle mérito al portero, que estuvo muy bien.

-¿Qué referencias tiene del Almería, el rival del domingo?

-No lo conozco bien. Sé que es un adversario directo por la salvación. Jugamos en casa e intentaremos sumar los tres puntos. Salimos siempre para ganar, pero cuando no se puede es mejor sumar uno que ninguno. Cuando haces cuentas al final, un solo punto puede marcar la diferencia.