El Deportivo retomaba ayer el campeonato con la necesidad de alterar la deriva que ha adquirido desde que arrancó la temporada y lograr un resultado que le permita mirar con mayor tranquilidad su posición en la tabla. Para lograrlo, Víctor Fernández acometió el enésimo cambio de esquema de este curso, esta vez con una línea de cinco atrás que por momentos fue una línea de cinco en el medio.

El técnico porfía en la búsqueda de soluciones para un equipo carente de personalidad mientras los cambios de dibujo y de jugadores en el once inicial se suceden jornada tras jornada. Ayer, además del nuevo planteamiento, volvió a la alineación un José Rodríguez que hace pocos días se había quejado amargamente por su repentina falta de oportunidades en las últimas semanas.

Al alicantino le tocó formar en el centro del campo junto a Juan Domínguez y Medunjanin en un equipo más orientado hacia la contundencia y la intensidad que el buen trato por el balón. En la primera mitad, los deportivistas apenas consiguieron enlazar un par de jugadas y éstas llegaron cuando los laterales (Juanfran y Luisinho) se incorporaron al ataque. Tampoco se vieron muy incomodados por la Real Sociedad, que se presentaba todavía con David Moyes recién aterrizado como nuevo técnico del conjunto donostiarra.

Aunque lo intentó, el equipo apenas disfrutó de continuidad durante el partido y en consecuencia tampoco tuvo las oportunidades necesarias para poner en aprietos a los visitantes. En la primera mitad apenas contabilizó ninguna ocasión y en la segunda la tónica fue la misma, a pesar de que el equipo consiguió desplegarse con más profundidad.

De entrada parecía que los blanquiazules, por alineación y sistema, buscarían la verticalidad y las transiciones rápidas, al estilo del encuentro frente al Valencia que revivió al equipo y permitió pensar en una reacción tras el decepcionante arranque liguero. Los de Víctor Fernández, sin embargo, fueron en ocasiones demasiado horizontales para superar a una Real Sociedad bien colocada que también apostó por un planteamiento contragolpeador.

Esas situaciones siguen siendo la asignatura pendiente de unos blanquiazules que en un par de salidas a la contra de los donostiarras encogieron el corazón de los aficionados presentes ayer en el estadio de Riazor, que no vieron una versión muy distinta a la que les tenía acostumbrados.