El alivio a todos los niveles que supuso el apurado triunfo del lunes ante el Elche se transformó nuevamente en dudas, muchas, solo tres días después, en la vuelta de la Copa. En Málaga la imagen volvió a ser mala y el Deportivo se marchó de La Rosaleda goleado (4-1) y con las alarmas otra vez encendidas, sobre todo por la fragilidad defensiva. Este mediodía, en El Madrigal, el equipo coruñés tiene la oportunidad de dar continuidad a la prueba de vida que mostró en la pasada jornada. Necesitaba ganar para no verse prácticamente condenado, el primero Víctor Fernández, que se jugaba el puesto. Y eso hizo el Dépor, sacar el partido adelante a base de intensidad, fe y mucho sufrimiento. Hoy es su domingo de confirmación, el momento de prolongar esa ansiada reacción.

Le basta con puntuar para mantenerse fuera del hoyo y cerrar el año en posiciones de salvación, con la importancia anímica que eso supone. A priori el empate sería un buen premio, casi un tesoro, pero salir a buscarlo de forma descarada es sinónimo de condena en cualquier campo, y más en el del Villarreal, un candidato claro a Europa. El Deportivo se equivocará si afronta el encuentro con el único propósito de defender. Deberá mostrar algo más de intención en ataque, como hizo en los últimos encuentros en Riazor. Últimamente llega más a puerta, pero le sigue faltando gol. Fariña, el héroe del triunfo ante el Elche junto con Fabricio, repetirá en ataque de enlace con Toché, definitivamente por delante de Hélder Postiga en las preferencias de Víctor Fernández. El técnico dará continuidad al once de la pasada jornada, con la novedad obligada de Canella por el sancionado Luisinho. El portugués fue el primero en iniciar sus vacaciones de Navidad. Para él y para todos sus compañeros el paréntesis liguero será bastante más tranquilo y gratificante si hoy el Deportivo es capaz de arañar un resultado positivo.

Una misión complicada ante un rival lanzado, que viene de ganar sus últimos seis partidos oficiales y que cuenta con un ataque de auténtico lujo en el que brillan futbolistas de la talla de Jonathan dos Santos, Cheryshev, Uche o Vietto. Más modestos son los mimbres del Dépor pese a que Víctor tiene a todos disponibles salvo el sancionado Luisinho, el lesionado Lucas y Modibo Diakité, pendiente de ultimar su salida del club. Los demás están en Vila-Real, incluido el cuestionado Haris Medunjanin, que de momento sigue contando con la confianza de Víctor.

El exatlético ha superado sus problemas con las lesiones y está siendo uno de los pilares del Villarreal para coquetear con los puestos de Champions.