El I Foro Estatal Fútbol sin violencia, que se celebrará mañana en el Paraninfo de la Universidade, reunirá en A Coruña a los principales expertos en seguridad en el deporte. Eduardo Blanco, presidente de Agaxede (Asociación Galega de Xestores Deportivos), es el principal responsable de la organización de este acto que "es posible gracias a la Diputación y el Ayuntamiento".

-¿Por qué nace este foro?

-Surge como una reflexión personal por mis antecedentes en materia de prevención de la violencia. Como representante de la FEMP en la Comisión Nacional de la Lucha contra la Violencia en el Deporte en 1992. Por esta preocupación y como estudioso, como profesor universitario de la materia, decidí convocarlo. Pues desde estas dos perceptivas entendí, después de la tragedia del pasado mes de noviembre en Madrid que provocó la muerte de Jimmy, que hacía falta una reflexión. Aquí estarán todas las instituciones representadas, las más importantes, de hecho LFP, FEF y CSD han arropado este foro.

-¿Qué pretende conseguir a efectos prácticos?

-La ley tiene argumentos prácticos y visibles, pero hay otros aspectos como la prevención, el juego limpio, el observatorio, algo que está en la Ley, pero que no se ha puesto el empeño necesario, ni dotado de los recursos necesarios, quizás por la crisis, para que este control sea efectivo. La sociedad no va cambiar porque haya medidas. Hay que educar. Fomentar normas de convivencia. Existe un observatorio que realiza los estudios y marca las propuestas que se tienen que poner en marcha. Tienen que ser encuentros efectivos, para mejorar la efectividad de los profesionales.

-¿Por qué en A Coruña?

-A Coruña ha demostrado que ha estado a favor de un fútbol sin violencia. Hacemos el foro aquí porque esta ciudad cuenta con una afición al fútbol que se ha distinguido en todo su conjunto, más allá de alguna excepción, a lo largo de los años por estar a favor de un fútbol sin violencia. Las instituciones de la ciudad siempre han tenido un compromiso con ese objetivo, como es el hecho de que las primeras medidas que se tomaron en España se pusieron en practica en el Teresa Herrera en 1992. Hemos dado sobradas muestras de nuestro compromiso con el fútbol sin violencia. Me remito a los galardones que les han sido concedidos a la afición coruñesa y en especial a los Riazor Blues.

-Este grupo está en el punto de mira desde el pasado 30 de noviembre. ¿Qué opinión le merece lo que sucede? ¿Que no les dejen pasar una pancarta a Riazor?

-Hay que impedir la entrada de pancartas que promuevan la violencia, aunque eso es un concepto muy ambiguo. En última instancia, quien lo decide es el propio coordinador de seguridad, que si observa, por ejemplo, una esvástica le ordena al club y al personal del club que la retire. Para eso se creó la UCO (Unidad de Control Organizativo) que existe en todos los estadios, cámaras internas y externas. Esa unidad es precisamente desde donde el coordinador ejerce su trabajo sobre el jefe de seguridad del club, el oficial de la Policía Local, el jefe de Protección Civil, Cruz Roja. Todos están bajo el mando, durante antes y después del partido, del coordinador de seguridad. Este adopta las decisiones, como la retirada de pancartas. Debe haber reuniones previas porque tiene que valorar que nivel de conflictividad se puede presentar y si se presenta que solución tomar.

-Pero ya hay unas normas preestablecidas.

-Existen las normas adecuadas y los procedimientos previstos para que mediante una coordinación exista prevención y control de la seguridad. Eso se aplica en España y es cierto que aquí se juegan miles de partidos a la semana, pero desgraciadamente cuando se produce un accidente o un fallecimiento, es lo que destaca. Pero no por eso se debe criminalizar ni a los clubes, ni a las aficionados. Hay que lograr que desaparezcan las excepciones.

-Parece que ahora lo que se pretende es expulsar a los grupos ultras de los campos de fútbol. ¿Es ultra sinónimo de violento?

-Ultra es sinónimo de violencia en sentido etimológico. Normalmente la policía denomina grupos eversivos a determinadas aficiones con vocación violenta. Soy consciente de que en esos grupos hay un porcentaje importante que les mueve el fútbol, pero tampoco hay que darle la espalda a que dentro de algunos de esos grupos que se distinguen por su violencia, como el Frente Atlético o los Ultra Sur del Madrid, hay chavales que arrastran a otros a la violencia. Acaban haciendo en masa lo que unos pocos deciden. Yo diría que son gamberros más que aficionados.