Partidos en escenarios tan importantes como el Nou Camp, sirven para testar y medir las posibilidades reales de un equipo. El Dépor en la tarde de ayer salió reforzado en la idea y en el juego, pero sobre todo su máximo exponente: el entrenador Víctor Sánchez. Al margen del importante punto conseguido, la impronta mostrada en el campo es fruto de un trabajo de estudio desmenuzado del rival. Este, se plasmó desde el dibujo táctico inicial de 1-4-4-2 en rombo, donde Fayçal Fajr en la fase defensiva quedaba para vigilar e incomodar exclusivamente a Busquets, y buscar la transición tras recuperación para enlazar con Lucas y Jonathan descargados de esas tareas de desgaste defensivo. En ataque, siempre se fue buscando una igualdad numérica, apoyado en la amplitud ofensiva que proporcionaron en un principio Laure y Luisinho con la ayuda de quizás el mejor Fernando Navarro -que dio una lección de saber estar y veteranía- y un más apagado Juanfran desde el interior derecho. Tras el descanso, la incursión de Juando por Lusinho sirvió para reforzar la anticipación y el cierre de espacios interiores del ataque culé, pero sobre todo, descolgó a Fajr aún más en ataque para asociarse con más criterio. Parecía imposible modificar el resultado tras el 2-0 en contra, pero ahí emergió la figura del entrenador deportivista que no cejó en su idea inicial y siguió moviendo las piezas con un objetivo claro y apostó por Cardoso, que siempre se sintió cómodo desde la posesión. El equipo creció y creyó con su estandarte Lucas Pérez a la cabeza, que no falló a su cita con el gol y posteriormente con un Álex Bergantiños, inconmensurable en las tareas de contención, y que aún tuvo fuerzas para acercar al equipo al éxtasis con otro gran gol. Casualidad o no, revelación o no... Dos goles de dos chicos de los barrios coruñeses de Monelos y la Sagrada Familia. El fútbol modesto coruñés representado a través de Victoria e Imperátor. Algo está cambiando muy rápido... Para bien del club y de nuestra ciudad. Disfrutemos de ello!