El Deportivo regresará esta tarde, Día de Reyes, a Miranda de Ebro, escala en su trayecto hacia la máxima categoría durante su último purgatorio en la Segunda División. El conjunto blanquiazul hace parada de nuevo en la localidad burgalesa, pero esta vez en su camino hacia los cuartos de final de la Copa del Rey y profundamente cambiado.

Ya no es aquel equipo que luchaba por ascender para asegurar su propia supervivencia. Ahora es un Deportivo que ha recuperado la estabilidad y la autoestima, bien colocado en la clasificación de Primera, con una plantilla amplia y completa y una seguridad que le permite mirar con otros ojos a la Copa.

Víctor Sánchez proclama que tienen depositada mucha "ilusión" en esta competición, que no la miran simplemente de reojo. La cómoda situación en Liga se lo permite a los deportivistas, que han abandonado los sofocos y se pueden fijar otros objetivos en la temporada.

Eso supone un alivio para parte de la amplia plantilla blanquiazul. El técnico ha repartido el protagonismo durante esta primera mitad del curso, pero no todos han disfrutado de la ración de minutos que le hubiera gustado.

Hoy será de nuevo el turno para los jugadores con menos presencia en las alineaciones. Víctor ha anunciado cambios, en la línea de lo que ocurrió en la eliminatoria de dieciseisavos de final frente al Llagostera. Será turno de nuevo para Juan Domínguez y Medunjanin en el centro del campo, aunque en el entrenamiento de ayer el técnico se guardó el comodín de Pedro Mosquera.

También tendrán su oportunidad Oriol Riera y Jonathan Rodríguez de aliviar su delicada relación con el gol. Lo más probable es que ambos formen juntos en la delantera. El uruguayo todavía no ha conseguido estrenar su cuenta esta temporada y Riera tan solo ha marcado un gol, precisamente en el partido de ida de la fase anterior.

Enfrente estará un conjunto que buscará dar la sorpresa. Es el único equipo que sobrevive de Segunda División y a priori representaba el rival más asequible de todos los que llegaron al bombo de octavos, junto al Cádiz. Su intensidad, especialmente en los encuentros que disputa como local, hacen pensar en un partido incómodo para los deportivistas, en el que tendrán que sobreponerse a un escenario que ya se les atragantó en su paso por Segunda si quieren darse un regalo en este primer compromiso de octavos de final.