Lucas Pérez vivirá mañana un partido especial por su pasado en el Rayo. Conserva un gran recuerdo de su etapa en Vallecas y también muy buenos amigos, como el portero Juan Carlos Martín, con quien compartió piso y confidencias cuando ambos militaban en el filial rayista. Ya le marcó en la primera vuelta y quiere repetir en Riazor para ayudar al Deportivo a conseguir el primer triunfo en 2016, que todavía se le resiste. Sobre el césped aparcarán esa amistad y cada uno defenderá sus intereses, como es lógico. "Nos llevamos muy bien pero cada uno tiene que mirar por lo suyo. Durante el partido no hay amigos. Él lo sabe igual que yo", asegura el portero alcarreño, contento de que Lucas esté cumpliendo "su sueño de jugar en el Dépor". Ya desde Vallecas, el atacante coruñés miraba hacia Riazor con "morriña". "Él siempre quiso jugar en el Deportivo -recalca el guardameta del Rayo-. Tenía esa espina de no haber jugado allí y siempre decía que era su sueño".

Se lo comentó muchas veces en aquella vivienda de Vallecas donde Lucas y Juan Carlos compartían confidencias, entre ellos y con otras jóvenes promesas que también acabaron convirtiéndose en futbolistas profesionales. "Coincidimos con Lass, que ahora también está en el primer equipo del Rayo, con Leo Baptistao, con el que también mantenemos muy buena relación? Éramos siete u ocho chavales repartidos en dos pisos. Pasas muchas horas juntos, juegas a la videoconsola, haces planes? Todo eso hace que cojas cariño a la gente y hagas una buena amistad", relata el portero. Sus caminos se separaron en 2011, pero eso no impidió que siguieran manteniendo el contacto. Lucas pasó por Ucrania -Karpaty y Dinamo de Kiev- y Grecia -PAOK de Salónica- antes de fichar por el Deportivo. Juan Carlos, por su parte, jugó dos años en el Hércules y otro par en el Córdoba para acabar regresando al Rayo el verano pasado. Pese a la distancia, los lazos no se rompieron: "Hemos seguido hablando y viéndonos de vez en cuando. Yo le tengo cariño y le aprecio mucho. La verdad es que mantenemos una buena amistad".

Sobre el carácter de Lucas, un ganador y un líder por encima de todo, Juan Carlos reconoce que "siempre ha sido así". "Es un tío muy competitivo, con un carácter muy marcado, y eso también es clave en su éxito", comenta el portero. Nunca olvidará los partidazos que el delantero de Monelos hacía en Segunda B con el filial del Rayo, especialmente ante rivales gallegos. "Él quería jugar en el Dépor y cada vez que nos enfrentábamos a un equipo gallego el tío se salía del mapa. Hacía unos partidos brutales porque él quería ir para allá. Lo tenía muy claro. Era su idea. Es de A Coruña, tiene mucha morriña y mucho apego a su tierra, y me alegro de que lo haya conseguido y de que esté triunfando".

Ya no comparten piso, pero sí representante, Rodrigo Fernández Lovelle, que seguirá con el corazón dividido el encuentro de mañana en Riazor. Para los dos es fundamental. Necesitan vencer, el Rayo para no caer a puestos de descenso y el Deportivo para romper la mala racha que le acompaña en este 2016. Aún no ha ganado en lo que va de año, un dato que Juan Carlos considera "engañoso y anecdótico". "Yo no creo que el Dépor vaya a sufrir mucho para salvarse. Tiene un jugador determinante como Lucas y una muy buena plantilla alrededor. No creo que vayan a sufrir pero el fútbol da muchas vueltas. Nosotros tampoco esperábamos estar donde estamos. El tiempo dará y quitará razones", añade el meta, que además de con el coruñés también coincidió en el Rayo con otro deportivista, el central Alejandro Arribas. Aunque Lucas le vuelva a marcar mañana, su amistad seguirá intacta: "Es muy buen tío. Trata de hacer su trabajo para su equipo y yo para el mío. Pase lo que pase, no hay ningún problema con él".