La racha de once partidos sin ganar -trece, contando los dos de Copa frente al Mirandés- ha hecho que se reduzca a la mitad el colchón del Deportivo sobre el descenso. Ahora es de seis puntos, un margen todavía considerable que mantiene apagadas las alarmas, por lo menos de puertas adentro. En el vestuario la confianza es plena y así lo expresaron ayer sus dos grandes líderes, tanto el entrenador, Víctor Sánchez, como el pichichi blanquiazul, Lucas Pérez. "Estas rachas las pasan todos los equipos. Estamos en uno de los momentos más difíciles de los que hemos vivido -reconoció el madrileño- pero enfocamos las dificultades como un reto y estamos convencidos cada semana de que el próximo partido va a ser el que sirva para recuperar la senda de los buenos resultados". "No es para estar preocupados -indicó el coruñés-. La racha no es buena pero ni antes éramos los mejores ni ahora los peores". "Hay que estar tranquilos. La victoria va a llegar", garantizó el máximo goleador del Deportivo.

En ningún caso les parece que el encuentro de esta noche frente al Málaga tenga que ser considerado como una final. "Final fue la del Camp Nou el año pasado, con estrés, agobio y sufrimiento", argumentó Lucas, que se toma el choque de hoy como "un partido importante que tenemos que ganar para por fin encontrar una victoria en 2016". Este bache no es algo exclusivo del Dépor sino que, a juicio del entrenador, tarde o temprano "les ocurre a todos, incluso a los grandes". "¿Qué vamos a hacer, fustigarnos, tirar piedras contra nuestro tejado y ser alarmistas?", se preguntó Víctor, partidario de hacer un lectura optimista de la situación: "Tenemos argumentos a los que agarrarnos para ganar y el partido pasado ya está olvidado".

El técnico reconoció que el encuentro que realizó su equipo el miércoles en San Mamés fue "uno de los peores de la temporada". Lucas coincide con él en ese ejercicio de autocrítica porque "en Bilbao no estuvimos bien". "Hay que pasar página, asumir la culpa, mirarse cada uno el ombligo y pensar que ya viene rápido un partido en el que podemos cambiar toda la situación", declaró el delantero. Reconoce que el vestuario "está mal en el sentido de que perdimos 4-1" y al mismo tiempo insiste en que la confianza sigue siendo máxima.

"Tanto yo, personalmente, como el cuerpo técnico y la plantilla estamos muy tranquilos, confiamos en nuestro trabajo y eso es lo importante. Pienso que este va a ser el partido en el que el Deportivo va a volver a conseguir la racha buena", aventuró Lucas, quien recalcó que el equipo coruñés acabará alcanzando el objetivo de la permanencia. "Igual que lo dije el año pasado, estando en una peor situación, lo digo este año: nos vamos a salvar, y con más tranquilidad que el año pasado", pronosticó. Tanto el atacante como el entrenador auguran un partido "muy difícil" ante el Málaga, un rival que destaca, según Víctor, por su "solidez". "Concede pocas ocasiones", dijo el técnico, cuyo plan para esta noche pasa por "tener mucha paciencia y no caer en precipitaciones".