Parece ser que Víctor presentó una alineación en la que faltaban algunos jugadores con peso específico y que andaban algo tocados, alguno con cuatro tarjetas, y no arriesgó para disponer de ellos frente al Levante (hasta hace poco ya no era equipo de nuestra liga). El planteamiento fue muy defensivo, con un 4-1-4-1 muy marcado, fijando a Fede Cartabia y Fayçal en las bandas para ayudar a los laterales. El equipo salió replegado y muy junto atrás para tapar las líneas de pase, dejando solo en punta, pero muy alejado, a Jonathan Rodríguez por si se producía alguna contra y, por lo tanto, sonaba la flauta, que por desgracia no sonó.

Hasta la consecución del primer gol el repliegue tanto individual como colectivo lo hizo francamente bien el Dépor, pero no realizó ninguna contra y solo disparó a gol en una ocasión, y por fuera. A raíz del gol, se estiró un poco y se hizo con el control del juego durante unos minutos, pero no creó ninguna ocasión de peligro por la poca disposición a tirar a gol. Lux no tuvo trabajo, el equipo fue bastante serio en defensa antes y después del gol, que por cierto vino en una jugada aislada, como los otros dos.

En el segundo tiempo, a raíz del 2-0, Víctor hizo dos cambios ofensivos. Se tuvo un poco más de llegada, tiro y remate, y hay que destacar una magnífica contra con remate al muñeco. Los despistes defensivos en los tres goles vinieron por falta de concentración.

En fin, espero que la decisión tomada para este partido garantice una victoria frente al Levante. Si no, tenemos que empezar a rezar.

Una reflexión en voz alta y en la distancia: teniendo en cuenta las características particulares de Mosquera, que tiene un potente disparo con su pierna buena, y las de Álex, que defiende también bien y tapa las líneas de pase... ¿no se ganaría en efectividad cambiándolos de posición?

Lo único positivo fue el debut de Róber, que cumplió en una demarcación que no era la suya.