Eduardo Berizzo logró un pleno en los derbis de la temporada pasada. La suerte cambió en la primera vuelta del actual curso. Con Víctor Sánchez, el Deportivo supo desactivar el juego de un Celta que llegaba a Riazor en noviembre situado en la cuarta posición y dispuesto a mantener el ritmo que marcaban los tres colosos de la Liga. Sin embargo, los célticos se vieron sorprendidos aquella noche de sábado por el empuje y la motivación que el rival imprimió al juego desde el inicio del partido. Eso les permitió adelantarse en el marcador y comenzar a construir un triunfo que en estos casos se valora mucho más que los tres puntos en juego. Berizzo espera que su equipo haya aprendido la lección y que hoy salga al terreno de juego con el punto de tensión adecuado para gobernar el partido. Para ello, el técnico también confía en el apoyo incondicional de la afición. Cree que su equipo dispondrá de más fuerza y energía para superar al eterno rival.

"Hay que jugar mejor que en la primera vuelta. Ese partido resultó más incómodo de lo que esperábamos o de lo que hubiésemos deseado. No tuvimos circulación de pelota. Intentaremos lograr un cambio radical con respeto al anterior partido. El de mañana [por hoy] lo jugamos todos. Es un partido donde la afición juega un papel fundamental y ese es nuestro principal capital también como equipo, sobre todo en un duelo como éste, en el que las emociones están a tope. La afición va a jugar un papel muy importante y así lo imaginamos nosotros", admite Berizzo.

El técnico del Celta sabe que el favoritismo no tiene efecto en los derbis, que prevalecen otros valores. "Es un partido donde no hay distancia numérica, no hay objetivo deportivo. Todo eso queda en un segundo plano cuando uno se enfrenta a un rival en un partido en el que está en juego el honor por ver quién es el mejor".

Los duelos de rivalidad están cargados de motivación. En este caso, Berizzo es más partidario del exceso que de la falta de motivación, "pero antes prefiero el equilibrio emocional. Creo que el que encuentre ese equilibrio jugará mejor. Este es un partido de emociones y está bien que así sea, pero nosotros necesitamos jugar muy bien al fútbol, a partir de esa emoción. Somos un equipo que depende mucho de la emoción, levantamos a nuestro público del asiento".

El entrenador del Celta espera un Deportivo sin tanta presión como la que alcanzó tras sumar trece jornadas sin ganar y destaca el juego organizado que propone el técnico del equipo coruñés. "El Deportivo ha encontrado en el último partido de Liga una victoria -frente al Levante- que necesitaba. Es un equipo organizado, que ha jugado con esa organización y le ha dado resultado. Espero un rival difícil, en un partido difícil, como todos, con las particularidades que tiene el Deportivo, a las que hay que prestarle atención", indica.