Criticar un plantamiento al acabar el partido es muy fácil. Y si encima el resultado no acompaña, aún más. Creo que a muchos nos sorprendió el once deportivista, principalmente por la ausencia de Çolak, jugador que había destacado en los anteriores encuentros por su calidad técnica y por haberse convertido en la referencia del escaso juego de ataque que hasta el momento había demostrado el equipo coruñés. Garitano debió pensar que haría más daño al Celta con juego directo, sin posesión el balón en la zona de medio campo y ganando las segundas jugadas con Babel detrás de Andone. Y quizás en esa zona es donde se han visto más carencias, pues pocos balones hemos ganado a los vigueses ya que en los duelos individuales siempre cogían ventaja. Por lo visto hoy -por ayer- Babel no está para competir desde el inicio del partido y esto ayudó a todo lo comentado anteriormente. Andone sigue peleando él solo contra las defensas contrarias y los pocos balones que gana en esas disputas se quedan en nada ya que la mayoría son en zonas laterales de las áreas con una carencia de acompañamiento total y de llegadas de la segunda línea a zonas de remate prácticamente nula para que el rumano pueda enviar esos balones. Estamos decepcionados con el resultado, que creemos demasiado abultado por lo visto en el terreno de juego. A Garitano le queda mucho trabajo, sobre todo ofensivo, para dar un giro que pueda variar las sensaciones que tenemos sobre el juego desarrollado por nuestro equipo. Lo mejor, el primer gol que marcamos a domicilio, aunque haya sido de estrategia. Peor, todo. La actitud y la poca eficacia mostrada por el equipo deportivista.