Niños contra hombres. La debilidad del Dépor, la rabia blanca tras El Clásico y la exquisita calidad de su segunda unidad hicieron que el equipo coruñés mordiese el polvo esta noche ante el campeón de Europa. Un resultado hiriente para la historia que se vivió durante dos décadas sobre este césped, pero que explica en gran parte los males blanquiazules y la diferencia entre ricos y pobres que existe en esta Liga. No todos los días se hacen milagros y el equipo coruñés se mostró más mundano que nunca. Su primer y gran error fue dejar correr a los elegidos por Zidane y el segundo, haber estado por debajo de su rival en intensidad. Nueve suplentes blancos, una apisonadora. Una ruleta rusa y con todas las balas apuntando al mismo. Solo Lux evitó que el resultado pudiese ser histórico e incluso brindó por momentos la oportunidad de soñar. Nada de nada. La voracidad blanca acabó inclinando la balanza y poniendo la goleada en el marcador.

Un minuto y ya ganaba el rival, esta vez el Real Madrid. Una triste costumbre que se inauguró ante el Sevilla, que casi consigue mantener la Real Sociedad y que el equipo blanco no desaprovechó. El conjunto coruñés veía pasar aviones y no sabía ni por dónde. Su competitividad era ínfima. La idea de Pepe Mel ponía sobre el césped una creativa línea de enganches. Un valor en el campo contrario, un peaje en el propio. Kakuta ni apareció ni sudó. El equipo blanco alineaba a la segunda unidad, a la que se le caía el fútbol de los bolsillos. Isco, James, Asensio... Recuperaban en campo contrario, siempre en superioridad; su lugar preferido de ataque era el flanco izquierdo blanquiazul. Los locales les ayudaban, pudo ser una masacre. El milagro se llamaba Lux.

Paró, paró, se hartó de parar. Uno de esos tantos lo salvó con la cara. Mientras el argentino hacía de pulpo casi en cada llegada madrileña, el Dépor se ordenó mínimamente y, de repente, se hizo competitivo por unos minutos. Presionó arriba, adelantó líneas y ahí empezaron a lucir Andone, Carles Gil... Llegó el 1-2 y Andone casi ni lo celebró, pero Riazor empezaba a creer en un imposible. El campeón de Europa se tomaba un respiro y se le subían a las barbas.

El Dépor apretó. Centros al área, remates desde la frontal... No hubo muchas oportunidades que fueran claras, pero al Madrid le empezaba a costar. No era un paseo. Hasta que casi se da el milagro. Un saque de esquina en el que Casilla salió blando rebotó en Sidnei y estuvo a punto de alojarse en la red. Hubiera sido el 2-2. El grupo de Pepe Mel, aún lamentando su suerte en ese lance, no le hacía ascos a esa derrota por la mínima en el descanso. Otra genialidad de Isco, con una roulette levantándose del suelo, mandó todo al traste. Lucas Vázquez, entre pitos, hacía el 1-3. Partido prácticamente perdido.

Todo nacía torcido para el equipo coruñés en el segundo acto. Lux tuvo que dejar su sitio a Tyton por unas molestias y Mel optaba por blindar la autopista de la banda izquierda sentando a Kakuta y poniendo sobre el césped a Navarro y a un doble lateral. Doble cambio. Quería un gol pronto y meterse en un duelo, del que en realidad estaba a años luz. El Madrid no quiso hacer sangre en esos primeros minutos. Templó. Tocaba a la espera de dormirlo, mientras los coruñeses llegaban en jugadas aisladas. La remontada estaba prácticamente desactivada y más con la lesión de Carles Gil, que agotaba los cambios y dejaba sin aire a un Dépor asfixiado. Solo faltaba la puntilla.

Y tardó en llegar, aunque pareciese inevitable. En otra contra, la enésima, Morata esquivó a Tyton y se vio sin espacio, pero se la cedió a James. Gol. Doblete y 1-4, partido finiquitado. El resto del encuentro deparó un Dépor vencido, agotado, que buscó el tanto de la honra, mientras el conjunto blanco olía la sangre y quería más y más. La voracidad de Isco, Asensio y compañía trajo nuevos tantos del malagueño y Casemiro. Joselu maquilló el resultado con una buena conexión con Andone, una sociedad que tenía que haber dado muchos más réditos al equipo coruñés esta temporada. Un penalti no señalado a Luisinho, un grave error de Tyton... e iba muriendo un partido en el que el equipo coruñés fue un juguet roto en manos del Real Madrid. Riazor se fue dolido, incluso se marchó pitando. Sabía que esto podía pasar, pero ver tan impotente a sus hombres, sin alma, desnudos ante sus carencias, y acumular tantas decepciones en este ejercicio hacen mella en cualquiera. Y aún hay que salvarse.

FICHA (Deportivo-Real Madrid, 2-6)Deportivo:

Lux (Tyton, min.46); Juanfran, Sidnei, Arribas, Luisinho; Álex Bergantiños, Guilherme; Carles Gil, Emre Çolak, Kakuta (Navarro, min.46); y Florin Andone.

Real Madrid: Kiko Casilla; Danilo, Nacho, Varane (Álvaro Tejero, min.88), Marcelo; Isco (Casemiro, min.78), Kovacic, James; Lucas Vázquez, Morata y Asensio (Mariano, min.78).

Goles: 0-1, min.1: Morata. 0-2, min.14: James. 1-2, min.35: Andone. 1-3, min.44: Lucas Vázquez. 1-4, min.66: James. 1-5, min.77: Isco. 2-5, min.84: Joselu. 2-6, min.87: Casemiro.

Árbitro: Sánchez Martínez, del colegio murciano. Mostró amarilla a Alejandro Arribas (min.66), Joselu (min.92) y Çolak (min.93), del Deportivo; y a Isco (min.68), del Real Madrid.

Incidencias: Partido de la trigésima cuarta jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio de Riazor ante 26.788 aficionados según el Deportivo.