Le carga a cualquier defensor, le carga a la vida. Plantéale un imposible, no habrá mayor motivación para Andone. Todo futbolista tiene un punto de hecho a sí mismo pero con el rumano se acentúa ese rasgo. Emigrado joven, criado con su madre y dando tumbos por el fútbol buscando el acceso a la élite, muchas veces solo le quedaba él mismo, no rendirse nunca, ese fuego interior para seguir creyendo. Una ambición profundamente visceral, que le remueve y le guía segundo a segundo, que le hace dejarse la vida en cada balón, vivir para el fútbol, no tener techo a sus 24 años y también equivocarse. Sí, Florin erró en la celebración de su primer gol. Sin ambages. Nunca hay que rebatir a tu grada, es muy probable que se caiga en la injusticia. Mal ejemplo y peor punto de partida para unir y construir. Gestos que se están volviendo cotidianos y se toman a la ligera en el fútbol de hoy en día. Debe aprender, lo hará. Eso sí, pocos futbolistas más honestos y que tengan más atenuantes para una acción que afea de manera puntual su profunda dedicación. La ovación de la grada tras ser sustituido es la mejor constatación de que está rendida a su delantero. Los Riazor Blues lo señalaron en su comunicado y aún hoy es complicado descifrar cuáles eran sus pecados. Los de otros son más que evidentes, los suyos... Riazor, históricamente identificado con futbolistas de su estilo, lo considera parte de sí y se lo hizo saber. Pocos mensajes más estruendosos. Debe pulir muchos aspectos de su fútbol, pero en un equipo como el Dépor, al que a veces cuesta encontrarle el pulso, su voracidad y amor propio no son prescindibles. Solo un talón irrechazable debería sacarlo de A Coruña.

A más de un deportivista le dolió la escenificada desunión del pasado sábado. Un blanquiazul reprochándole a otro. Feo. La grada ha pasado por sus altos y sus bajos, lo superará. Hay males mayores. La verdadera pérdida es que se ha malgastado la oportunidad de hacer una crítica efectiva y constructiva, la que necesita este club. No puede seguir todo igual, como el coche que va en punto muerto hacia el precipicio. Todas las posturas son lícitas y hay infinitas maneras de vivir un sentimiento, pero entre los que disparan a todo lo que se mueve y la cómplice condescendencia, el que pierde es el Dépor. Ni se ha desatado un Apocalipsis en los últimos tres años ni es fácil entender que fuese un día para hacer la ola, a pesar de que el deportivismo estaba deseando llevarse a la boca una migaja en forma de alegría. Reflexionar para crecer. Ojalá no sea un paso en falso.

El Dépor ya planifica. Se lanza a fichar, a concretar altas y bajas. Proyecto. Esa palabra es la que debe rondar la cabeza de muchos en la plaza de Pontevedra. Y si no es así, mal comienzo. Mel seguirá. Continuidad, no se sabe hasta cuándo. ¿Es el entrenador que encaja en el estilo que se quiere implantar en el club? Las limitaciones económicas siguen ahí, pero hay más preguntas que desde ya se empiezan a contestar; el resultado, en unos meses. ¿Habrá cambio en la política de fichajes para matizar al grupo y blindarlo ante las dificultades? ¿Qué otras medidas se tomarán para fomentar la exigencia en Abegondo? No estaría mal que para empezar alguien hiciese balance público en la entidad, más allá del técnico. Es importante comprobar hasta qué punto llega el nivel de autocrítica. ¿Temporada resbalón o aviso serio? Tino Fernández apuntará algunas de las claves este viernes.

Sin revoluciones

El enfado y la decepción empujan a tomar decisiones drásticas y más con la irregularidad y las desconexiones de este grupo. Pepe Mel lanzó un mensaje con enjundia hace unos días. No se puede andar de revolución en revolución cada verano, a pesar de que las expectativas no se hayan cumplido. Tiene razón. Hay que ser exigente con tus jugadores, no conformarse, pero el Dépor necesita caminar sobre seguridades, ser reconocible en gran parte de su estructura. Un buen puñado de la plantilla es interesante y a otros tantos hay que saber exprimirlos, activarlos. Llevan fútbol dentro muy útil para un club que ya piensa en su cuarta temporada consecutiva en Primera División. Hay que disfrutar sabiendo lo que vale, trabajar para no caer en los errores del pasado reciente.