El Fabril centra esta semana la atención del todo el deportivismo, pendiente del trascendental encuentro que afrontará el domingo a las 12.00 horas en Riazor frente al Cacereño. Tras el 0-0 de la ida, un solo partido separa al filial del ascenso a Segunda B, categoría en la que no compite desde la temporada 2010-11. De aquel Fabril de Raúl García, Pablo Insua, David Rochela o Juan Carlos Real, con Tito Ramallo al frente, se ha pasado al de Nacho Monsalve, Edu Expósito, Pinchi o Borja Galán. Época diferente, pero idéntica ilusión por llegar al primer equipo coruñés. De la consecución del objetivo depende la planificación para la próxima campaña no solo del filial, que se tendría que reforzar para competir con garantías en la categoría de bronce, sino también, en parte, la del primer equipo. El Dépor sube con el Fabril porque también se beneficiaría de ese ascenso. Por ejemplo, Pepe Mel dispondría de más alternativas de nivel para poder echar mano de algún fabrilista en un momento de necesidad. Al mismo tiempo, para los nuevos talentos el impacto del salto al primer equipo no sería tan grande desde Segunda B como lo es desde Tercera.

Edu y Pinchi ya debutaron este año en Primera con el Dépor. Tanto ellos como todos sus compañeros sueñan con consolidarse algún día en la elite con el conjunto blanquiazul. Para ello deben ir quemando etapas con éxito y, en ese sentido, jugar en Segunda B con el Fabril facilitaría su crecimiento, reduciendo las distancias con la plantilla profesional. "Estar un poquito más cerca de Primera División hace que quizá los jugadores tengan esas experiencias que se requieren para poder llegar arriba. Siempre es importante", afirma el técnico del filial, Cristóbal Parralo, siempre desde la máxima prudencia y el respeto absoluto al rival. El futuro, de momento, no va más allá de este domingo porque "ahora lo importante es intentar llegar a ese punto" de la Segunda División B.

El empate sin goles del pasado domingo en Cáceres deja la eliminatoria abierta para la vuelta en Riazor, un escenario muy diferente al Príncipe Felipe, empezando por las condiciones del terreno de juego. "No sé si les impresionará pero el campo está en perfectas condiciones y el que mejor haga las cosas puede ganar el partido sin que el campo sea un factor determinante", afirma el técnico andaluz, "muy orgulloso" de sus jugadores por haber cumplido la "prueba de madurez" que supuso competir sobre un césped tan maltrecho como el extremeño.

Campo en perfecto estado

El domingo, sobre la alfombra de Riazor, el guión será muy diferente porque el filial podrá hacer lo que mejor sabe, que es tener protagonismo con el balón y llegar arriba combinando. Además, el aliento de los seguidores blanquiazules también resultará clave. "El campo está bien y eso va a ayudar a desarrollar el juego que intentamos realizar. Va a ir mucha más gente que en Abegondo y eso también nos va a ayudar a conseguir el objetivo. Estoy convencido de que la afición va a estar con el equipo. No vamos a estar solos. Nuestros aficionados siempre dan muestras de lo grandes que son. La eliminatoria está igualada. Lo importante es que nos lo jugamos en casa, con nuestra afición y en nuestro campo. Espero que con el apoyo de todos podamos conseguirlo".

Hay "calma tensa" en la plantilla del Fabril, que ayer se ejercitó en el estadio de Riazor a las órdenes de Cristóbal para ultimar la preparación de la cita del fin de semana. "Los chicos están deseando que llegue el domingo para jugar y demostrar que tienen fútbol y pueden lograr el ascenso. Todos tenemos ganas de que llegue el domingo y enfrentarnos al Cacereño", recalcó el entrenador blanquiazul. No impacientarse será clave para poder sacar el partido adelante: "Hay que jugar con mucha cabeza, no solo con el corazón. Tenemos que estar muy centrados e ir a por el partido, pero con cabeza". En cualquier caso, se trata de una eliminatoria "muy igualada" en la que cada equipo tratará de jugar sus cartas. "No sé decir un porcentaje (de posibilidades). Tenemos la ventaja de jugar en casa y ellos la ventaja de que pasan con cualquier empate que no a sea a cero".

Sobre el rival, Cristóbal Parralo destaca la veteranía de los futbolistas extremeños. "Son un equipo muy experimentado y con mucho oficio. No nos van a poner las cosas fáciles. Hemos de poner el juego y generar las situaciones", argumenta el andaluz, partidario de que su equipo salga a competir con el objetivo de hacer su fútbol habitual, "sin cambiar prácticamente lo que hemos hecho durante la temporada". El poderío aéreo del Cacereño y su capacidad para aprovechar los sectores exteriores del campo son, a su juicio, dos de las principales virtudes del campeón del grupo extremeño de Tercera: "Es un equipo muy bien trabajado. Sabe a lo que juega. Los dos jugadores de banda son muy rápidos y tiene gente que va muy bien por arriba".