Fabian Schär aterrizó el viernes por la noche en A Coruña para sumarse al proyecto deportivista con la apariencia de ser un fichaje de peso, un movimiento del club para resguardarse las espaldas en caso de que se produzca una baja a destiempo en la defensa. Ayer superó el reconocimiento médico y acudió a Carballo para presenciar el amistoso frente al Bergantiños antes de incorporarse el lunes a los entrenamientos junto a sus nuevos compañeros. La llegada del suizo anticipa de esta manera la marcha de alguno de los centrales que tiene actualmente en nómina la plantilla.

El que más papeletas posee de antemano es Sidnei, para el que su pasaporte extracomunitario ha supuesto un freno a la hora de abandonar el equipo. El brasileño continúa sin obtener la nacionalidad española y está pendiente de finalizar el proceso burocrático. Desde el club, sin embargo, la sensación es que será complicado retenerlo.

El propio entrenador deportivista, Pepe Mel, deslizó al comienzo de la pretemporada que la situación del brasileño era incierta y que por eso prefería contar con Róber en la plantilla. El canterano seguirá en el equipo a menos que finalmente ninguno de sus compañeros acabe marchándose. En ese caso, lo más probable es que el club le busque un destino en el que continúe su progresión futbolística.

El Levante contaba con él para su proyecto en Primera División, pero el Deportivo se negó a ampliar la cesión mientras no perfilase los centrales con los que iba a contar la próxima temporada. El conjunto granota, en ese sentido, mantiene el interés, pero al mismo tiempo ha puntualizado que no podrá esperar mucho más por el canterano.

Menos posibilidades de salir tienen Arribas y Albentosa. El madrileño deslizó en el pasado mercado de invierno su descontento ante la falta de oportunidades que padeció con Gaizka Garitano como entrenador y el valenciano finalmente ha decidido permanecer pese a que al final del curso pasado dejó una puerta abierta a su salida. El horizonte podría cambiar, pero ninguno de los dos parece que será a estas alturas víctima del efecto Fabian Schär.