Sábado de alivio o penitencia. Aún con el agradable viento de cola de la última victoria, el Dépor recibe esta tarde (16.15 horas) en el templo coruñés a un poderoso Atlético en horas bajas con la idea de buscar un poco de respiro en la tabla, crecer como equipo dentro del atractivo modelo futbolístico de Cristóbal y reafirmar la reacción que comenzó en Gran Canaria.

No tocar nada para que nada cambie. Ese parece ser el lema del nuevo técnico, que no para de enviar refuerzos positivos a su grupo para consolidar el viraje. Todo se cuece en casa. La lista es la misma y en el once titular no habrá ninguna variación, siguen los que remontaron y triunfaron hace cinco días en Canarias. La receta tampoco cambiará. Protagonismo a través de la pelota, presión arriba, adelantar líneas, juego de extremos más que de laterales largos... La fragilidad defensiva y en menor medida la consolidación de Fede Valverde en el juego interior son algunos de los aspectos que más preocupan al técnico y que espera mejorar en la cita de hoy ante un rival irreconocible, dada su arrolladora trayectoria de los últimos años.

Lo está pasando mal en las últimas semanas el Atlético, aunque para sí quisieran los blanquiazules las urgencias rojiblancas. Con pie y medio fuera de la Champions y con la cuarta plaza peligrando. El empate ante el Qarabag azarí se convirtió en la constatación más palpable de que algo va mal en casa Simeone, el mesías rojiblanco. Es tal su ascendencia sobre el grupo y la agenda atlética que todas las soluciones, con cierto halo de misterio, deben partir de él en un equipo que recula en exceso cuando va ganando, que no ha solventado sus problemas en ataque y que cada día tiene menos afilado el colmillo.

Filipe Luis, Koke y Carrasco son las bajas madrileñas. No son menos importantes las coruñesas que dejan en la grada a Rubén, Adrián y Carles Gil, aunque son unas ausencias a las que, por desgracia, ya se ha acostumbrado. Los dos equipos llegan al enfrentamiento cargados de partidos y uno de los que podría tener una oportunidad es José María Giménez, un futbolista que debe tener pesadillas con Riazor después de lo ocurrido en las dos últimas temporadas. Un año fue Lucas Pérez y otro Andone el que le robó la cartera, aunque en la última acción reparte culpas con Oblak. Hace casi nueve años que el Atlético no cae en Riazor, el deportivismo quiere creer que con Cristóbal todo está cambiando. No sería un mal comienzo.