Cuando el Dépor ya transitaba lugares comunes, cuando se daba golpes en la cabeza lamentando su desdicha y su fragilidad anímica y futbolística, Sidnei vislumbró una veta en el territorio amarillo. El gaucho, siempre confiante, volvió a cabalgar e hizo lo peor que se le puede hacer a un entramado defensivo: le hizo dudar. Para cuando quisieron echarle el lazo, ya se había asomado al balcón del área y le estaba mandando un regalo atrasado de Reyes en forma de centro a Florin Andone. Oro puro, solo tuvo que poner la cabeza. 1-1. Un empate que rescata al Dépor. Un punto que le saca del descenso y una mano tendida que debe servir de palanca para que el grupo mejore futbolísticamente y, sobre todo, vuelva a creer. Sin excesos, el equipo coruñés no fue ni mucho menos inferior a su rival de esta tarde. Un menor y desdibujado Villarreal le ganaba andando y parecía imposible que se pudiese rebelar ante ese fatalismo. La chispa de Sidnei debería servir para empezar a levantarlo, para que se incorpore del diván. De momento, empieza su Tourmalet puntuando y dejá a tres por debajo. Queda un mundo, pero no está mal.

Las bajas devolvieron a Cristóbal al punto de partida. Le hizo regresar a sus orígenes, aunque con diferentes protagonistas. Albentosa, Pedro Mosquera y Andone (la segunda unidad, una novedad por línea) y la recuperación del 4-1-4-1 eran sus apuestas. Durante la semana había probado un 4-4-2 y saltó al otro extremo. Çolak se caía sí o sí. Un dibujo parecido a su fetiche 4-3-3 y la verdad es que el equipo coruñés se sintió relativamente cómodo durante el primer acto. Superado el habitual susto del primer minuto, hasta fue mejor que su rival, tuvo más ocasiones. Eso sí, el revés en el marcador no faltó. Y con algunos fallos muy reconocibles. Nada cambiaba.

Hasta volver a las andadas, se vio a un Dépor por momentos de cara lavada. No presionó durante muchos minutos arriba, como lo venía haciendo en las últimas semanas, pero fue capaz de asentarse, blindarse y estirarse en ataque. Andone bregaba. Juanfran subía y subía sin éxito la banda y Adrián ponía la calidad en el regreso a una de sus casas.

Un remate a placer de Albentosa que se fue fuera, un eslalom de Andone al que le sobró un regate, otra del rumano que se frustró tras un mal control... Se sucedían las ocasiones, pero flotaba en el ambiente que el Dépor se volvería a tropezar con la misma piedra del camino de cada semana. Y empezó a tentar a la suerte. Primero una pérdida en la que Unal tuvo el 1-0 a placer. Subía la ola amarilla y pocos minutos después se llevaba al Dépor en una jugada muy bien trenzada. Lo de siempre.

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El Dépor rescata un punto de Vila-Real

El Dépor acusó el gol e invitó al Villarreal a finiquitar el encuentro. Acabó pronto el sofocón, que fue más que leve. El equipo coruñés se rearmó, aunque seguía inocente, con pegada de peso pluma. Derrotado, al descanso.

El paso por el vestuario activó al Dépor. El duelo seguía a cámara lenta e inmerso en un mar de indecisiones. Era muy malo. El conjunto castellonense no paraba de dar vida a un bisoño grupo coruñés. Los blanquiazules se animaban, en 40 segundos habían pisado dos veces el área. Un espejismo, pronto asomarían la frustración y el cansancio.

Llegó entonces la fase amarilla del segundo acto. Castillejo tuvo el 2-0, se estiró bien Rubén. El Dépor estaba a cada paso más estirado, un equipo chicle. Sufría, a pesar de las relajaciones defensivas imperantes. Cristóbal lo vio y apostó por reforzar la media. El duelo pedía a Çolak y lo sacó. El turco tuvo un efecto terapéutico. Los coruñeses estaban de repente más sueltos. Muchas arrancadas, pocas ocasiones, Adrián estaba muy solo. Un Dépor voluntarioso, pero realmente muy etéreo.

Cuando ya rumiaba la derrota, Sidnei frotó la lámpara. El tanto se celebró como pocas veces y, acto seguido, el grupo cambió el chip para sufrir. Fueron minutos de incertidumbre más por la fragilidad propia, las malas experiencias recientes y la entidad del rival que por el peligro real. Solo Bacca puso el corazón de los deportivistas en un puño. Pitido final y respiro. Hay tanto que mejorar y recorrer... Pero con tres equipos por debajo se ve todo algo mejor. El Dépor necesita que sea el inicio de un cambio.