Matemáticas, ese término tan recurrente al que se aferra parte del deportivismo para no verse en Segunda División, incluido el entrenador, Clarence Seedorf, que el pasado viernes tras el empate en Leganés recurrió a los números. "Las matemáticas dicen que todo es posible", declaró el técnico deportivista en la sala de prensa de Butarque. Cierto, pero esa ciencia también dice que el Deportivo necesita sumar siete puntos en los últimos cuatro partidos en el mejor de los casos. Y en estas cuatro últimas jornadas el equipo blanquiazul se enfrentará al Barcelona, Celta, Villarreal y Valencia.

El Deportivo acumula un partido más que su adversario directo por la permanencia, el Levante, del que está a seis puntos en la clasificación. Una vez superada esta jornada, en la que los granotas jugarán mañana en San Mamés ante el Athletic, la situación podría ser peor para los coruñeses. En el mejor de los casos, la distancia se mantendría en los seis puntos actuales, lo que significa que en las jornadas restantes los valencianos tendrían que perder todos los partidos restantes (Sevilla, Leganés, Barcelona y Celta) y el Deportivo conquistar siete puntos. Las matemáticas dicen que es posible. Los optimistas se apoyan en los números. La realidad?

La ilusión generada tras los triunfos frente al Málaga (Riazor) y el Athletic (San Mamés) dieron paso de nuevo a la desilusión después de los empates sin goles contra el Sevilla (Riazor) y el Leganés. La diferencia de ocho puntos con respecto al Levante, que en la misma jornada había superado al Las Palmas en el tiempo añadido, parecía insalvable a pesar de vencer al equipo de la Costa del Sol, pero los tres puntos que los deportivistas consiguieron en San Mamés, que les permitieron recortar diferencias con los granotas, dieron vida y esperanza de nuevo al seguidor deportivista. Hasta que llegaron estas dos últimas jornadas en las que los blanquiazules sumaron dos puntos y el Levante tres (con otro gol en el tiempo extra, esta vez frente al Málaga).

Esas matemáticas a las que se aferran futbolistas y técnico -"nosotros matemáticamente podemos salvarnos", insistió Seedorf- mantienen con vida a una parte del deportivismo, a esa que se aferra a una ilusión, aunque la realidad de diga que todo se acabó. Necesita siete puntos el Deportivo, como mínimo, en el mejor de los casos y la pregunta es ¿de dónde salen? En el clásico de Balaídos todo es posible a pesar de la diferencia entre ambos equipos, y también superar al Villarreal en la penúltima jornada de Liga en Riazor. Pero faltaría un punto -o dos para asegurar- que el equipo coruñés tendría que arrancar de sus enfrentamientos contra el Barcelona o el Valencia, este en Mestalla.

El optimismo, o el agarrarse a un clavo ardiendo, permite pensar que el Barcelona llegará a Riazor muy relajado, aunque puede ser aquí donde se asegure matemáticamente la Liga a no ser que el Atlético pierda hoy con el Betis. La derrota de los colchoneros dejaría sentenciada la competición. "¿Por qué no podemos pensar que al Barcelona le interese más conseguir el título en la jornada siguiente frente al Madrid en el Camp Nou?". Esta es otra lectura desde el optimismo, algo que se escucha en los ambientes deportivistas con cierta asiduidad. Los del Barça serían puntos extras que permitirían a los blanquiazules disponer de mayores posibilidades de que les cuadren la cuentas.

Si bien la fijación está en el Levante, hay quien mira un poco más arriba y se encuentra con el Espanyol (nueve puntos más y un partido menos que el Deportivo), que no está pasando por un buen momento, como muestra el hecho de que el consejo de administración destituyó esta semana a Quique Sánchez Flores, cuando el equipo, en teoría, está a salvo de los puestos de peligro y a solo cuatro jornadas para el final. Sin embargo, los números colocan a los periquitos a nueve puntos de distancia del Deportivo. Tendrían que ser suficientes -también tienen el golaverage a favor-, pero los dirigentes no parece que pensasen así, y decidieron darle los mandos del equipo a David Gallego, que se estrenará este mediodía ante el Girona en Montilivi.

La referencia del equipo españolista supondría que el Deportivo tuviese que sumar diez puntos de los doce que le quedan por disputar, algo más que imposible con el calendario que tiene por delante. De hecho, ya se puede considerar una quimera pensar que los blanquiazules puedan sumar esos siete puntos que le hacen falta en el mejor de los casos para superar la Levante. Son siete si lo granotas no suman más con un calendario muy similar al de los coruñeses. Si hace un simple punto, ya obligarían a los hombres de Seedorf a contabilizar uno más. ¿Dónde? Mestalla o Riazor frente al Barcelona son las únicas opciones que le quedan, pensando que en Balaídos puede ganar -en los derbis todo es posible- y que el Villarreal llegará a Riazor sin nada en juego.

Cierto es que también el Levante afrontará las tres últimas jornadas ante equipos que solo esperan a que finalice la competición. Estaría en las mismas circunstancias que el Deportivo que, además, está en la obligación de sumar siete puntos más que los valencianos. Esos siete/ocho puntos podrían bastar, pero es difícil saber dónde sacarlos, y si tienen que ser más, la tarea parece imposible por mucho que el deportivismo sueñe.