Los directivos del Banco de España y el FROB convocaron el pasado martes a las cúpulas de los considerados bancos fuertes a una reunión sobre la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Financiera (Sareb). Allí estaban Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Popular, Ibercaja, Kutxa, Unicaja y Bankinter. Y a todos, además de presentarles el plan de negocio del banco malo y la rentabilidad esperada -alrededor de un 14%- , desde el regulador se les propuso la compra de las emisiones preferentes de las entidades nacionalizadas una vez que se decida la quita derivada del reparto de cargas que exige la Comisión Europea.

Una idea que se encontró con la oposición de "todas las entidades", según confirman fuentes conocedoras del encuentro. La idea de que sean ellas las que se encarguen del canje a los afectados por este tipo de productos acabó con una "negativa rotunda". La mayoría de los grupos controlados por el FROB, entre ellos Novagalicia, no pueden afrontar un cambio en el producto por acciones al no cotizar en Bolsa.

Banco Gallego anunció ayer que no abonará los intereses de sus dos emisiones de preferentes que suman 52 millones.