Sam Pa, un millonario chino con negocios sobre todo en África y América Latina, ha puesto sus ojos en Galicia. El magnate chino hizo en septiembre un road show por la comunidad en busca de oportunidades de negocio. Sondeó opciones de inversión en el sector agroalimentario, la industria pesada y servicios sanitarios y se reunió con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y otros altos cargos, según pudo saber este diario.

Este millonario, que forma parte de los empresarios chinos que hicieron fortuna al abrigo de las políticas aperturistas de su país, visitó astilleros, bodegas y otras firmas de la comunidad. Además se interesó por la gestión hospitalaria en Galicia. También hizo una compra: 30.000 botellas de vino a la bodega Terras Gauda.

Sam Pa, que ronda los 50 años, está casado y tiene dos hijos, es un hombre discreto del que poco se sabe. Si durante su estancia en Galicia se cruzase con alguno de los casi 3.000 chinos afincados en la comunidad, ninguno sabría que se topaba cara a cara con un compatriota de fortuna. Menos un gallego.

El magnate lidera un conglomerado de firmas conocidas como el grupo de 88 Queensway, por el domicilio del emporio en Hong Kong. Tiene empresas de construcción, negocios petrolíferos y mineras y es el propietario del antiguo edificio de JP Morgan frente a la Bolsa de Nueva York en Wall Street.

Sam Pa es un empresario muy bien conectado en África y América Latina, con importantes presidentes de Gobierno. También opera en Rusia, donde una de sus empresas construyó una línea de metro en Moscú.

Que un magnate como Sam Pa recale en Galicia en busca de oportunidades de negocio tampoco sorprende mucho a los expertos. Desde el inicio de la crisis multimillonarios chinos han viajado a España para invertir en el país. Los precios bajos animan a los empresarios del gigante asiático a venir. La economía china creció casi un 8% en el tercer trimestre del año y las autoridades anuncian un plan de medidas para frenar la desaceleración.

Uno de los mayores despachos de abogados de China, Yingke, firmó en verano un acuerdo con un bufete madrileño para cerrar negocios en España y éste último admitía entonces en una información publicada por El País que "decenas de inversores ya han contactado buscando empresas concursadas para inyectar capital". "Quieren sociedades de maquinaria, almazaras, granjas... lo que sea", comentaban. Y añadían: "El objetivo es producir nuevos bienes que tengan demanda en China. Muestran una gran capacidad de adaptación y en un mes son capaces de montar una empresa en cualquier lugar del mundo".

La relación económica de Galicia con China es intensa, pero más fructífera para el país asiático. En 2013, la comunidad importaba bienes por 554 millones de euros, mientras que sus exportaciones al país más poblado del mundo ascendían a 168 millones de euros. Eso sí, la cifra se duplicó con creces desde 2008, cuando las ventas rondaban los 68 millones de euros.