La venta de las siete centrales hidroeléctricas que Ferroatlántica tiene en los ríos Xallas y Grande, entre Dumbría y Cee, no amenaza los 400 puestos de trabajo que suman la gestión de los saltos de agua y las fábricas de ferroaleaciones que la compañía tiene en los municipios coruñeses. La empresa "garantiza" que la operación "no pondría en riesgo ningún centro de trabajo ni el empleo en las instalaciones actualmente propiedad del grupo", según afirmó ayer en un comunicado hecho público después de que el presidente de Ferroatlántica, Pedro Larrea, se reuniese con el comité de empresa europeo, en un encuentro preliminar al que esta mañana mantendrá con los portavoces del personal del complejo industrial fisterrán.

Larrea reconoció ante los sindicalistas que la empresa está decidida a vender sus centrales porque varias compañías eléctricas mostraron su interés por comprarlas y porque actualmente generan sólo un 2% de la facturación global del grupo. El directivo, que no se extendió en detalles, según los sindicalistas que acudieron a la cita de ayer, defendió que los fondos que se obtuviesen de una eventual venta -todavía no está decidida- serían muy valiosos para desarrollar inversiones en los centros de trabajo del grupo. Entre ellas se encuentra la ya anunciada construcción de una fábrica de silicio solar -material empleado en baterías de móvil y coche o paneles solares- en la fábrica de Sabón fábrica de silicio solarSabón, con un presupuesto de 42 millones y que prevé dar empleo a 90 trabajadores (150 entre directos e indirectos) con una producción inicial de 3.000 toneladas al año. Ferroatlántica prevé levantar otra factoría similar en Puertollano (Ciudad Real) y estudia "alternativas" para aprovechar recursos forestales en Galicia y fabricar carbón vegetal.

José Luis Collazo, representante de CCOO en el comité de Ferroatlántica en la comarca fisterrán, reveló además que Larrea les transmitió que parte de los fondos se invertirán en las fábricas de Cee y Dumbría, "pero también en otras del grupo". El sindicalista recuerda que las siete centrales gallegas son "las joyas de la corona", las más productivas, que la compañía tiene en España, lo que contrasta con la decisión del grupo de reinvertir lo que obtenga por su venta en todas las instalaciones.

El comité de empresa de Ferroatlántica de Cee, Dumbría y las centrales del Xallas y el Grande está en contra de la venta de los saltos de agua porque supondría la segregación en dos de la actividad de un único centro productivo -con un solo CIF, una plantilla unificada y una sola representación sindical-. Esta segregación, advierten, va en contra de lo establecido en el documento en el que están inscritos los aprovechamientos hidroelécticos en los ríos Xallas y Grande figura como condición la no segregación en sociedades distintas para "salvaguardar el interés público", y condiciona que la producción de energía esté vinculada "a los usos industriales de las fábricas". Añade el comité que en la autorización definitiva de los aprovechamientos hidráulicos, concedida en 1994 al grupo Villar Mir, cuando compró el complejo industrial, la Xunta exigió un plan de viabilidad que garantizase "la solvencia en la explotación conjunta" de las actividades.

Ferroatlántica sin embargo explica que la nueva regulación del sector eléctrico obliga a segregar los centros de generación de los de consumo y que estos cambios además han reducido a la mitad la facturación generada por las centrales, hasta suponer actualmente sólo un 2% de los ingresos totales. Los saltos, añade la firma, no son necesarios "para garantizar la viabilidad de las fábricas del grupo". A pesar de que Ferroatlántica no prevé recortes, Larrea reconoció a los representantes sindicales que la segregación es un proceso complejo -la plantilla de ambas actividades está unificada- y se comprometió a buscar "medidas para el mantenimiento del empleo en las instalaciones actuales" de la compañía. El directivo también se ofreció a compartir a partir de ahora toda la información que tenga sobre la operación de venta. Larrea se mostró convencido de que la operación será "una oportunidad única" para el desarrollo de la empresa, la creación de empleo y la actividad industrial". Las fábricas gallegas de Ferroatlántica tienen una capacidad de producción de 79.000 toneladas de ferrosilicio, 55.000 de ferromanganeso y 37.000 toneladas de silicomanganeso. Gestiona además de minas de cuarzo en Serrabal, Tordoia, y Trasmonte.