Los pinos gallegos corren peligro. Una plaga mortal procedente de Portugal amenaza con diezmar los pinos de la comunidad, lo que ha obligado a la Xunta a tomar medidas de vigilancia y prevención. Se trata de un gusano minúsculo (el bursaphelenchus xylophilus), de menos de un milímetro de tamaño e inapreciable a simple vista, que crece en el interior de la madera de pino y, en algunos casos esporádicos, también de la de otras coníferas como los eucaliptos.

Cuando se detecta la enfermedad, las hojas de la parte superior del árbol se ponen amarillas, y poco después, marchitas, un síntoma que se va extendiendo por todo el árbol hasta que la copa comienza a perder las hojas. Finalmente, en un plazo de uno a tres meses, según la Xunta, el árbol muere. La plaga se contagia de un árbol enfermo a otro sano a través de un escarabajo (el Monochamus galloprovincialis) que perfora la madera, y una vez en el árbol no hay remedio para combatirla. La única solución es talar o incluso quemar los pinos.

Procedente de América del Norte, el llamado "gusano del pino" se detectó por primera vez en Portugal en 1999. Desde entonces, la Xunta realizaba cada año inspecciones tomando pequeñas muestras de los pinos del sur de la comunidad. Pero en los últimos meses la plaga ha entrado en España, por Extremadura, lo que ha forzado a la Administración autonómica a tomar medidas más severas -de hecho, en 2006 la Comisión Europea ya pidió a los países miembros que extremasen las medidas contra el gu- sano-. Así, el pasado mes de julio (la época de riesgo para el crecimiento del gusano, que prefiere las temperaturas superiores de los 20º) Medio Rural aprobó un protocolo especial de actuación contra el nematodo del pino. Siguiendo las directrices de este plan, técnicos e ingenieros de la Consellería y de laboratorios de Pontevedra están tomando muestras de la tierra, los árboles y los aserraderos de toda Galicia, y no sólo de las zonas cercanas a la frontera portuguesa, para asegurarse de que no hay contagios. Aunque de momento no se han detectado casos positivos, el plan de la Xunta incluye la dispersión en los montes gallegos de "trampas" volátiles de feromonas para evitar el contagio. "Es una amenaza que está a un paso de Galicia", decía ayer el investigador de la USC Antonio Rigueiro. El conselleiro de Medio Rural, Samuel Juárez, ya informó de la alerta al resto de comunidades durante una conferencia sectorial celebrada en Madrid con representantes de todas las autonomías, el pasado mes de julio. En aquella reunión, Juárez exigió al Gobierno central que "extremase" los controles de vigilancia sobre la madera que España importa de Portugal, puesto que el gusano "podría echar por tierra la producción de madera de pino en Galicia", con las "graves consecuencias económicas" que eso tendría en el sector forestal. Juárez incluso propuso la implicación de la policía y la Guardia Civil en los procesos de vigliancia y seguimiento de la población de pinos en la comunidad autónoma.

Extremadura, afectada

La plaga ya entró en España, por Extremadura, hace aproximadamente un año. Al detectar la infección, la Junta extremeña tuvo que talar o quemar decenas de miles de árboles de tres pueblos de Cáceres en un radio de 20 kilómetros, pues el gusano del pino se extiende con mucha facilidad y virulencia. Además, Galicia no es la única comunidad que está tomando medidas preventivas contra el nematodo: la consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León también ha puesto en alerta a su sector forestal ante la cercanía con la frontera portuguesa. Galicia importa cada año unos 500.000 metros cúbicos de madera de pino portuguesa, aunque las competencias para hacer los controles de seguimiento en las aduanas son del Ministerio, pues las maderas sospechosas de traer insectos u hongos malignos deben pasar un periodo de cuarentena y seguimiento en el puerto antes de llegar a los aserraderos o las fábricas.