Desde que un 23 de septiembre de 1956 Francisco Franco pronunció la frase de rigor, "queda inaugurado este pantano", la fisionomía de los cañones del Sil ha estado determinada por la presa de Santo Estevo, cuya concesión de explotación posee en la actualidad Iberdrola. A partir de mañana, esa fisionomía volverá a cambiar al menos hasta octubre, ya que la compañía eléctrica vasca comenzará a desalojar del pantano 147,7 millones de metros cúbicos de agua, casi la mitad de lo que consumió la comunidad gallega a lo largo de todo 2007, para proceder a excavar la ladera de la montaña e iniciar así la segunda fase de las obras de su proyecto "Santo Estevo II".

Sólo en un mes, a un ritmo de entre tres y cuatro centímetros por hora, el nivel del embalse que posibilita que los turistas puedan disfrutar de los catamaranes de la Ribeira Sacra del lado lucense y que algunos viticultores accedan a sus parcelas para producir el vino englobado bajo esta denominación, descenderá 31 metros y así permanecerá hasta bien el otoño.

La cola del embalse de "Santo Estevo", que pudo presumir en su momento de arropar a la "central hidroeléctrica más grande de Europa", alcanza los 43 kilómetros de longitud. Con el vaciado progresivo del pantano, el paisaje de la zona sufrirá un cambio radical, ya que el río Sil volverá a tener a lo largo de unos veinte kilómetros de esa presa el mismo aspecto que tenía antes de que la mole de hormigón de 115 metros de altura y 240 de anchura se interpusiera en su cauce. No obstante, todavía quedarán como embalse, según Iberdrola, unos 23 kilómetros, de los que once corresponden al cañón.

175 megavatios más

Las obras que ejecuta Iberdrola en "Santo Estevo" incluyen la construcción de un túnel en la ladera de la zona de Nogueira de Ramuín (Ourense) para hacer un nuevo paso para el agua y colocar una turbina que posibilite generar 175 megavatios más, que se sumarán a los 265 de la central.

El proyecto no ha estado exento de polémica desde que se iniciaron las obras, a pesar de que la declaración de impacto ambiental contó con el visto bueno por parte del Gobierno central durante 2008. El año pasado, Iberdrola recibió fuertes críticas por parte de varias asociaciones diferentes de ecologistas, que aportaron fotografías que mostraban, según denunciaron entonces, un tramo del lecho del río seco.

Las críticas no se quedaron en palabras y, tanto desde colectivos ecologistas como Amigos da Terra como desde el BNG, e incluso por parte de agentes forestales de la Xunta, se realizaron denuncias ante la Fiscalía de Medio Ambiente de Ourense, que abrió diligencias para determinar si Iberdrola había incurrido en delito al vaciar el Sil, en una zona, además, incluida en Red Natura. Aunque estas denuncias fueron archivadas por la Fiscalía, los acusadores recurrieron a otra vía que aún no está cerrada: la Unión Europea.

Así, según explica el senador del BNG, Xosé Manuel Pérez Bouza, aunque el Fiscal concluyó que no hubo delito ecológico porque "no se pudo demostrar" que hubo mortandad de peces, el Bloque ha pedido a la UE que investigue si los permisos de Iberdrola de Medio Ambiente "son compatibles" con la Red Natura. Tras recordar que desde el BNG "seguirán fiscalizando" la obra y "dando la batalla política porque dar un permiso no significa que se pueda hacer lo que uno quiera en un entorno", Pérez Bouza añade que "no se puede promocionar la Ribeira Sacra como un gran baluarte del turismo y por otro lado estar destrozándola".

Precisamente eso, el turismo, es la gran preocupación de la Deputación de Lugo este año. El descenso del embalse va a permitir la navegación de los catamaranes ourensanos, pero no así de los lucenses. El barco más grande ya se lo han llevado para hacer una ruta alternativa por el Miño, pero, como prevén que eso tal vez no sea suficiente -el año pasado usaron los catamaranes unas 15.000 personas-, trabajan con la idea de un tren turístico entre Ourense y Monforte, complementado con oferta de deportes de aventura.

Desde la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, aseguran que sus técnicos "harán un seguimiento constante de la situación" mediante controles "continuos" de calidad de las aguas y que vigilarán "a turnos, y de modo permanente", la zona. Además, "controlarán" que el caudal del Sil "esté por encima" del caudal ecológico. "El mantenimiento de este caudal será posible mediante aportaciones suplementarias procedentes de los embalses situados aguas arribas de Santo Estevo, tanto en el río Sil como el Bibei", aseveran.

También desde Iberdrola vigilarán que el descenso de nivel no afecte al hábitat del río. Se encargará la compañía de asistencia técnica URS, mediante diez puntos de control a lo largo del río para estudiar la calidad de las aguas y asegurar que no se produzca mortandad entre los peces.

La compañía recuerda asimismo que la construcción de Santo Estevo II genera 340 puestos de trabajo y que de acuerdo con la concesión administrativa pueden variar el nivel del embalse en más de 50 metros.