Galicia es una de las principales canteras de jueces de todo el país. Tierra de opositores por excelencia, la comunidad siempre se ha caracterizado por dar buenos y numerosos jueces, una tendencia que en los últimos años parece haberse incrementado. De las 135 personas que realizan en estos momentos las prácticas en la Escuela Judicial de Barcelona y que el próximo año elegirán su primer destino, 15 proceden de Galicia, lo que la convierte en la tercera comunidad española que más jueces aporta a esta promoción. Sólo Madrid y Valencia la superan, con 18 jueces cada una en esta nueva remesa de juristas.

La abundancia de aspirantes a juez en Galicia no es un fenómeno reciente. Un estudio del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) revela que entre el año 1996 y 2009 salieron de esta comunidad un total de 149 nuevos jueces. Este dato la sitúa como la sexta autonomía con más magistrados de todo el país, detrás de Madrid, Andalucía, Valencia, Castilla y León y Cataluña. Sin embargo, y a juzgar por los datos de las dos últimas promociones -2007-2009 y 2009-2011- Galicia ha ido ganado posiciones en el ranking, hasta aportar en la actualidad entre el 11% y el 12% de los nuevos jueces.

Pese a ser un grupo muy numeroso, los gallegos no tienen grandes problemas a la hora de lograr plaza en su comunidad. En parte, porque suelen aprobar con buena nota -el número 1 de la penúltima promoción es el actual titular del Juzgado de Primera Instancia de Noia- y en parte porque en las últimas convocatorias, Justicia ha sacado un número importante de plazas de primer destino en Galicia.

Otras comunidades

Los órganos judiciales de la comunidad, con todo, se nutren también de jueces procedentes de otros puntos del país. Después de los gallegos, son los castellanos, madrileños, asturianos y cántabros los que más predilección demuestran por Galicia a la hora de escoger su primer destino. En los dos primeros casos debido al importante número de opositores que salen cada año de ambas comunidades y a su mayor predisposición a la movilidad.

En el caso de los gallegos, en cambio, es raro encontrar a algún juez que elija voluntariamente un destino fuera de su comunidad natal, un "apego" a la tierra por el que ya se han ganado fama en la Escuela Judicial de Barcelona. "Gallegos, vascos, catalanes y andaluces no queremos movernos. Tenemos esa idiosincrasia", explica Eladio Prieto Bellas, que tomó posesión el año pasado como titular del juzgado número 1 de Monforte de Lemos.

En cuanto al perfil tipo de las últimas hornadas de jueces, el estudio elaborado por el Poder Judicial revela que son muy jóvenes, -la última promoción tiene una edad media de 30 años y sólo uno supera los 50- mayoritariamente mujeres -100 frente a sólo 35 hombres- y con poca o nula experiencia profesional -el 58% nunca ha trabajado y apenas dos de cada diez han ejercido en el sector jurídico-.

La carrera de juez suele ser la primera opción para muchos jóvenes recién licenciados en Derecho, que la ven como una salida más atractiva y estable que las que ofrece el mundo de la abogacía. Éste fue el caso de Sandra María Iglesias Barral, titular del Juzgado número 1 de Primera Instancia e Instrucción de Ordes desde el verano pasado, y que se decantó por la oposición a juez tras sopesar sus opciones profesionales el último año de carrera. "En principio pensaba ejercer de abogado pero no estaba nada fácil y como me gustaba el contenido de la oposición, me decidí", explica.

Se trata, con todo, de una oposición muy dura, con un tiempo medio de preparación de cinco años y tres meses y que sólo unos pocos pueden presumir de haber aprobado "a la primera". Por eso, Sandra María Iglesias incide en el "importante desgaste psicológico" que se sufre durante el proceso, porque "o tienes la suerte de aprobar pronto", o se pasa mucho tiempo dedicado a ella y hay "altibajos".

Además, los aspirantes a jueces son cada vez más jóvenes, otro factor que obliga a retrasar decisiones personales importantes y que añade más presión a los opositores.

En esto, sin embargo, también hay excepciones. El lucense Eladio Prieto, de 41 años, se incorporó a su primer destino el verano pasado a pesar de que ya tenía una dilatada trayectoria en la Administración de Justicia. "Yo fui juez sustituto, abogado-fiscal sustituto, y luego aprobé la oposición a secretario judicial. Así que he tocado un poco todos los palos", explica Prieto, que reconoce que su experiencia le ayudó a decantarse por el trabajo de juez y le ha valido en los últimos meses para adaptarse mejor a su nuevo puesto y relacionarse "con total naturalidad" con funcionarios, abogados y fiscales.

Juzgados remotos y con mucho trabajo, los menos deseados como primer destino

Aunque a principios de esta década la mayor parte de los juzgados gallegos estaban cubiertos por sustitutos, la situación se ha ido normalizando, pasando de ser la regla a la excepción. No obstante y a pesar de que cada vez se saca un mayor número de plazas a concurso, sigue siendo difícil cubrir todas las vacantes en Galicia con titulares. La última promoción de jueces, que se incorporaron a sus destinos el año pasado, no fue suficiente para cubrir todas las plazas de la comunidad. Es algo que obedece a múltiples factores: desde la ubicación del órgano, hasta razones de tipo personal y familiar, pasando por la carga de trabajo del juzgado en cuestión. Eladio Prieto Bellas explica que a la hora de elegir su primer destino los jueces valoran varias cuestiones y por eso determinados órganos pueden resultar "más difíciles de cubrir". Es el caso de Pobra de Trives, un juzgado situado en un municipio del interior de Ourense y que, por su particular ubicación, resulta poco apetecible para los jueces novatos. En otras ocasiones, en cambio, pesa más la "fama" del propio órgano, como ocurre con los de Chantada y Tui, cuyos juzgados unipersonales tampoco se cubrieron en 2009 debido fundamentalmente a la importante carga de trabajo que arrastran, un factor que echa para atrás a muchos jueces a la hora de elegirlos como primer destino.

La supresión del ascenso forzoso a magistrado a los tres o cinco años de acceder al primer destino, sin embargo, facilitará la cobertura de este tipo de juzgados poco deseados, que sufrían una importante inestabilidad debido a que sus titulares siempre estaban de paso. Desde hace un año, en cambio, la ley permite a los jueces elegir el momento en el que quieren ascender o si lo desean, no hacerlo y conservar su destino inicial.