La Xunta se prepara para elaborar por segundo ejercicio consecutivo unos presupuestos restrictivos, que serían además los segundos de la historia de la comunidad con un tijeretazo anual. Las previsiones iniciales, redactadas en el mes de mayo y que contemplaban unas cuentas similares a las de 2010 -del entorno de los 11.600 millones de euros, incluidos los gastos financieros-, se han desbaratado y el pronóstico con el que se trabaja ahora, según fuentes del Gobierno gallego, es el de una reducción presupuestaria de entre 200 y 400 millones de euros, lo que significaría una rebaja de alrededor del 3,5%.

A estas alturas, todas las cifras que maneja la Xunta son provisionales. Hasta el 10 de septiembre la Consellería de Facenda no pondrá encima de la mesa las cifras concretas que corresponden a cada departamento, pero el escenario que actualmente está diseñando es el de una contracción presupuestaria más acentuada que la de este año.

"Las previsiones hoy son que los presupuestos para 2011 van a ser mucho más restrictivos que los de 2010, la recaudación sigue a la baja, hay que devolver préstamos mal calculados de los años 2008 y 2009 y las cuentas no salen. Los presupuestos de 2011 serán más bajos", aseguraron fuentes del Gobierno gallego.

Tres razones

Tres son las razones que argumenta la Xunta para afrontar una reducción presupuestaria en 2011. La bajada de la recaudación fiscal, lo que provocará una merma de las transferencias por este concepto procedentes del Estado; la devolución de los anticipos entregado a la comunidad gallega durante la última etapa del bipartito (año 2008); y la reducción de la capacidad de endeudamiento de Galicia el próximo año, lo que merma su facultad para pedir préstamos a los bancos con los que financiar las inversiones.

Estas previsiones obligaron al equipo que lidera Marta Fernández Currás a comunicar al resto de las consellerías que reduzcan sus previsiones de gasto. Las primeras instrucciones se repartieron en el mes de mayo. Por entonces se contaba con afrontar 2011 en similares condiciones a las de este ejercicio y se pedía a todos los departamentos que se ajustaran a ese marco, con especial control sobre el gasto corriente y las subvenciones, así como la necesidad de justificar "cada euro" de las ayudas. Con estas indicaciones, las consellerías elaboraron su primera memoria, una especie de borrador con los números generales de las cuentas, siempre pensando en repetir las cuentas de este año.

Pero esta memoria ya no sirve porque Facenda ha comunicado a las consellerías que el escenario presupuestario ha cambiado y que es necesario un reajuste a la baja. Así que todos los departamentos están trabajando para adecuarse a un nuevo marco en el que la reducción de los recursos podría oscilar "entre los 200 y los 400 millones de euros", según fuentes del Gobierno gallego. "Vamos a tener menos dinero, eso seguro. Bastante menos dinero", confirmó otra fuente del Ejecutivo.

Un cálculo más aproximado sobre el alcance del recorte lo tendrá la Xunta este mes julio, cuando se reúna el Consejo de Política Fiscal y Financiera y determine las partidas que la autonomía gallega deberá devolver el próximo año al Estado por los anticipos entregados durante el año 2008. El Gobierno gallego estima que no serán menos de 120 millones de euros.

A falta de saber también cómo se comportarán las transferencias del Estado, aunque la Xunta prevé que se reduzcan ante la merma de la recaudación fiscal, el Gobierno gallego ha visto además como se le recortaban sus posibilidades de acudir a créditos bancarios. Este año tiene la posibilidad de endeudarse por 1.500 millones de euros -aunque de momento sólo lo ha hecho por 500, a la espera de que mejoren las condiciones del mercado financiero y bajen los intereses-, pero para 2011 se rebajará en 230 millones de euros y el recurso a préstamos quedará limitado a 1.270 millones. El motivo es que en la última reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera se restringió la capacidad de endeudamiento de las comunidades autónoma como una más de las medidas tomadas para reducir el déficit público de España. Y de la opción de poder emitir deuda por el equivalente al 2,4% del Producto Interior Bruto (PIB), que es el máximo permitido este año, se bajado al 1,7%.

La primera circular remitida por Facenda al resto del Ejecutivo, cuando todavía trabajaba con unas cuentas parecidas a este 2010, ya se exigía que cada consellería debería justificar "la necesidad y prioridad" de "cada euro" en su partida, especialmente "en gastos y subvenciones".

A los pocos Gobiernos regionales que han adelantado sus cálculos para el próximo ejercicio les salen las cuentas. Como en Galicia, también en Castilla y León, Aragón, Baleares y Navarra se prevén intensas caídas de ingresos en las arcas autonómicas y, por lo tanto, seguirán la senda de los recortes presupuestarios, con descensos incluso que llegan al 10%.

Es el caso del Ejecutivo leonés. Unos 1.000 millones menos, según su presidente, Juan Vicente Herrera, que asegura que las administraciones públicas están obligatoriamente abocadas "a un horizonte de restricción presupuestaria sin precedentes". Los sacrificios en la comunidad serán "posibles y justos". Herrera habló en el reciente Debate de Política General en el parlamento autonómico de "momento de emergencia" en todo el país y apela al "realismo y la responsabilidad" para afrontar un reto "con esfuerzo frente a la resignación".

La disminución en Aragón será del 7%. Su vicepresidente, José Ángel Biel, calcula que el tijeretazo en sus fondos rondará "más o menos" ese porcentaje. El departamento económico de la comunidad ya acabó el análisis sobre la situación de la caja pública, que obliga a apretarse el cinturón y contar con 400 millones menos que este año. En esa cantidad se incluyen los alrededor de 100 millones que Aragón prevé ahorrar con la rebaja de los sueldos de funcionarios. Las únicas áreas que se salvarán de las caídas son sanidad, educación, universidad y servicios sociales. En un principio, la comunidad descarta un aumento de impuestos y apuesta por "otras alternativas" para mejorar la solvencia.

Hasta que se cierre la liquidación de 2009, en Baleares prefieren no buscan candidatos para sus recortes, que se moverán alrededor de los 50 millones de euros. El conseller de Hacienda y Obras Públicas, Antoni Alemany, defiende el "equilibrio" de sus cuentas y, pese al recorte, rechaza que existan "problemas presupuestarios".

Desde Navarra llaman también a la prudencia antes de detallar las cifras, aunque su consejero de Economía, Álvaro Miranda, avanza que con la "sorprendente" limitación al endeudamiento autonómico la comunidad tendrá que recortar en un año "lo que estaba previsto en dos". "Hay que hacer unas cuentas ajustadas a la capacidad de ingresos", señala.