El "mejor ejemplo de la falta de planificación" del Ministerio de Fomento y la "destrucción costera más destacable" de la provincia de A Coruña. Así define la organización ecologista Greenpeace el puerto exterior de punta Langosteira, un proyecto que nació y se justificó a raíz del accidente del Prestige con su inclusión en el Plan Galicia del año 2003 y que desde entonces, ha estado permanentemente en cuestión y rodeado de polémica. El informe anual de Greenpeace Destrucción a toda costa carga las tintas contra el puerto coruñés por la "falta de planificación" que demostró el Gobierno al anunciar el proyecto "cuando ya estaban en marcha las obras" en Ferrol y a pesar de que "carecía de viabilidad técnica", al proyectarse en el punto "con el oleaje más agitado de toda Galicia".

Además, el inicio de las obras supuso para los ecologistas la "destrucción costera más destacable" de A Coruña y "en la mejor zona litoral de la provincia". "A escasos 20 km del puerto exterior de Ferrol, se aprobó en 2005 la construcción del puerto exterior de Langosteira, que carecía y carece de viabilidad técnica, ambiental y económica a pesar del gran negocio especulativo ideado por el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria en los terrenos del actual puerto", resume el informe, que añade que las obras ya han destruido 3 km de costa, se han cobrado cinco muertos y acumulaban en 2009 un sobrecoste de 100 millones "achacados al efecto del mar".

Las decisiones de Fomento en materia portuaria han contribuido al deterioro de la costa gallega pero no han sido las únicas. El boom del ladrillo llegó un poco más tarde a Galicia, que solo en la última década "recalificó más suelo que en toda su historia". En 2007, en plena fiebre urbanizadora y justo antes de la prohibición de la Xunta de construir a menos de 500 metros del mar, había proyectadas 800.000 nuevas viviendas en la costa gallega, una cifra casi idéntica a lo que se había construido en toda la historia (816.000 residencias). Aunque algo más tarde que las comunidades del sur de España, Galicia se sumó a la "marbellización" y no le salió gratis: en 2005 ya había perdido 6.000 hectáreas de bosques y espacios naturales por el cemento. La lista de amenazas y agresiones contra el litoral gallego es larga y Greenpeace encuentra ejemplos de todo tipo en la última década.

. Urbanismo sin control. Siete concellos costeros coruñeses destacan por su "urbanismo salvaje" en los últimos años. A Pobra, Ribeira, Outes, Mugardos, Sada, Ortigueira y Pontedeume aumentaron su edificabilidad en más de un 200% para atender la demanda del ladrillo a pesar de que había 300.000 viviendas vacías en Galicia. La situación ha provocado que en Barreiros, por ejemplo, "haya más construcciones paralizadas por la Justicia que obras en marcha".

. Nuevas infraestructuras. Tampoco el puerto exterior de Ferrol convence a Greenpeace que critica las nuevas instalaciones porque "actúan como barreras, alterando las corrientes marinas, cerrando la boca de la ría un 60% y afectando a espacios Red Natura", lo que transforma la zona en "una costa ocupada y contaminada". Además, los ecologistas denuncian la "avalancha de puertos comerciales y deportivos" en la última década, una auténtica "plaga" en este último caso que situó a Galicia en 2008 con más de 11.000 amarres y un ratio de plazas por cada embarcación "diez veces superior al de Italia". Greenpeace critica asimismo a Medio Ambiente por alterar la costa construyendo decenas de paseos y a la Xunta, tanto por el anterior plan de acuicultura como por retomar el proyecto de Touriñán.

. Contaminación costera. El informe destaca "la especial condescendencia" de Galicia "con las industrias más contaminantes" y en especial, con Reganosa, en Mugardos, y ENCE en Pontevedra. La recuperación de ambas rías es, según el informe, "una incertidumbre", aunque "los vertidos industriales, las aguas residuales urbanas y el tráfico marítimo" son una amenaza para todas. A Coruña y Ferrol, además, suspenden con nota en depuración de residuos y alcanzarán los requisitos fijados por la UE con 10 años de retraso.

. Políticas. Hasta 14 municipios gallegos se han visto implicados recientemente en procesos judiciales por irregularidades urbanísticas. Greenpeace critica el papel municipal en el deterioro de la costa, cuya "permisividad y anarquía urbanística" permitieron durante los últimos años una construcción "sin control". Pero también critica a la Xunta, tanto por "asfixiar" actividades ligadas a un litoral sano, como por rebajar la normativa de protección ambiental o reclamar competencias estatales sobre el dominio público marítimo-terrestre para "legalizar miles de viviendas ilegales en el litoral". "Es paradójico que tanto los grupos políticos de derechas como los nacionalistas pretendan privatizar la costa", lamentan los ecologistas, que creen que el resultado de tantos años de políticas "de espaldas al medio ambiente" es una "costa contaminada y cada vez más desfigurada".