Botas y mochilas inundan Compostela. La marea de peregrinos está superando todas las previsiones en este Xacobeo 2010 y ya ha sobrepasado las cifras obtenidas en el último Año Santo en 2004. La Oficina del Peregrino ha contabilizado, hasta el mediodía de ayer, un total de 178.371 peregrinos, y eso sin contar a los que acudieron a principios de agosto al encuentro europeo de jóvenes cristianos (PEJ 2010).

Los responsables de la Oficina del Peregrino han confirmado que la cifra de romeros que han llegado a Santiago en el Xacobeo 2010 -a falta de cuatro meses para acabar el año- supera, con creces, los 179.944 visitantes contabilizados en todo el 2004. Prueba de que buen número de los visitantes que ha recibido la comunidad en estos meses son peregrinos, ya que según el INE, el aumento del número de visitantes en este Xacobeo es inferior al registrado en 2004.

Según uno de los coordinadores de la oficina, Eduardo Pérez, "ya se ha batido el récord de peregrinos pero no se ha hecho oficial porque aún no hemos calculado los chavales del PEJ". Ante la llegada de tantos jóvenes peregrinos y para evitar saturaciones, el Arzobispado decidió enviar las compostelas por correo y es por ese motivo que aún no se han podido oficializar los datos de los asistentes a la concentración cristiana.

A pesar de las eternas colas para entrar a la catedral y de las aglomeraciones a las puertas de los albergues, la mayoría de los peregrinos destacan de forma positiva la presencia de tantos romeros en Santiago. Jean-Patrick Cheno es uno de ellos. Viene de Burdeos con la intención de "reconstruir su vida" ahora que sus hijos se han independizado. Reconoce que en el camino se encontró "con muchísima gente" y de todo el mundo, "desde australianos hasta coreanos". Por su parte, el vasco Boris Alonso puntualiza que las grandes masificaciones las encontró en las últimas etapas del Camino Francés: "Parecíamos un rebaño. He adelantado a sesenta personas en pocos minutos. Sin embargo, en el Camino por el Norte podías pasarte horas sin ver a nadie o cruzarte con cinco personas en todo el día". "Yo pensaba que al ser un día de entre la semana me encontraría mucha menos gente, pero para nada. Esto es fantástico" afirma Mar Gómez.

Da igual que sea martes o domingo, miles de personas hacen colas, compostela en mano, para acceder a los lugares más míticos de Santiago y curiosean por toda la ciudad a pesar del cansancio acumulado.

Pero no todos muestran su concordancia ante tal estampa. Algunos veteranos en esto del Camino, como la italiana Adriana Fedi, protestan ante la masificación que se ha producido este año: "Es la segunda vez que vengo pero este año he notado mucha gente que viene en plan turista, no por la religión, como el verdadero peregrino".

La masiva afluencia de peregrinos contrasta sin embargo con la caída en la afluencia de turistas. Si bien el objetivo de la Xunta era atraer ocho millones, transcurridos los siete primeros meses del Año Santo, las cifras del INE muestran una cara menos amable: apenas se han alcanzado los dos millones.

Si bien es cierto que en julio, uno de los meses de mayor tirón turístico, los visitantes aumentaron un 12,8%, el crecimiento es menos espectacular si se compara con el Xacobeo 2004, cuando el incremento ascendió a un 22%.

Sea como fuera, lo que es comprensible es que haya quien se sienta agobiado ante la lluvia de peregrinos.