Una reunión urgente con miembros del nuevo Gobierno de Portugal para que no se suprima definitivamente el tren entre Vigo y Oporto. Es la iniciativa que pone en marcha la Confederación de Empresarios de Pontevedra para evitar la medida anunciada por la empresa pública Comboios de Portugal (CP) a partir del domingo.

Como paso previo a esa reunión, la dirección de la confederación de empresarios pretende mantener, lo antes posible, una reunión en Oporto con sus colegas del norte del país vecino, "a fin de e unificar criterios y posturas e intentar salvar el transporte de viajeros en la eurorregión", señaló el presidente de la CEP, José Manuel Fernández Alvariño.

La solicitud de entrevista con el Ejecutivo luso se realiza a través de la mediación de los correspondientes servicios de la Xunta, según avanzó el presidente de los empresarios. "Lo que queremos es hablar con el ministro de Transportes o con el secretario de Estado para exponerles que es una línea ferroviaria que no se debe extinguir por la vertebración que supone para la eurorregión; es decir, entrevistarnos con alguien que tenga capacidad de decisión desde Lisboa", matizó Fernández Alvariño.

La iniciativa empresarial coincide con la que ha comenzado a ejercerse, de forma explícita, desde algunos estamentos políticos. El más madrugador fue el alcalde de Tui, Moisés Rodríguez, que a primera hora de la mañana remitió una carta de protesta a los gobiernos español y portugués y a los directivos de las empresas públicas de ferrocarriles de los dos países. Tui sería, con la medida que pretende ejecutar la CP portuguesa, la localidad del sur de Galicia más afectada, ya que se quedaría sin conexión ferroviaria para pasajeros con Vigo y con el norte de Portugal. El tren que se pretende suprimir es el único que realiza esos trayectos. El regidor tudense se quejó de "que el escaso número de usuarios de este servicio está en relación directa con las deficientes condiciones, su excesiva duración temporal y los horarios poco competitivos, que no invitan a su utilización por parte de las 5.000 personas que a diario cruzan la frontera entre Tui y Valença".

Mientras, PSOE y PP en Vigo mantuvieron ayer una nueva discrepancia, sin adoptar prácticamente ninguna medida práctica para que Comboios reconsidere su decisión.

Así, el alcalde vigués, Abel Caballero, insistió en que "el presidente de la Xunta, Núñez Feijóo debería hablar cuanto antes con el Gobierno luso, que es de su mismo color político, al igual que muchos de los municipios a los que afecta la medida". Caballero insistió en que su reivindicación se hará a través del Eixo Atlántico, aunque no fijó la fecha para la reunión su ejecutiva. "No nos vale la alternativa de los autobuses".

Del mismo modo, el grupo parlamentario socialista, por medio de su diputado Pablo López, criticó lo que considera "silencio condescendiente" de "Núñez Feijóo con Passos Coelho, nuevo presidente de Portugal, mientras "con José Sócrates mantenía una política más agresiva".

El viceportavoz del grupo municipal, del PP, José Manuel Figueroa, por su parte, apuntó al Gobierno de Madrid como culpable de la situación que se ha producido en torno al tren entre Vigo y Oporto. "Se discrimina nuevamente a Vigo, porque la única solución que dan tanto el Ministerio de Fomento como Renfe es permitir que se suprima el servicio ferroviario entre la frontera y Vigo".

También el sindicato ferroviario CGT mostró su rechazo a la decisión de la CP portuguesa, igual que lo hizo el lunes UGT e hizo un llamamiento a las administraciones de los dos países para llegar a un acuerdo que evite la supresión del servicio.