El temporal se despidió ayer de Galicia dejando tras de sí más de un centenar de inundaciones, multitud de árboles derribados y un reguero de incidencias en 25 carreteras. Pero la cara amable de las lluvias, que por segunda vez en una semana dejaron el miércoles en algunos puntos de Galicia auténticas trombas de agua, fue la mejora del nivel de los embalses, que pese a estar todavía lejos de la ocupación del año pasado (48,9%), ha dejado de bajar.

La Consellería de Medio Ambiente ya anticipó el lunes un cambio de tendencia en los pantanos y ahora los datos lo confirman. Según el último balance de la Xunta, la cuenca Galicia-Costa (que abarca los ríos de A Coruña y Pontevedra y parte de la provincia de Ourense) se encontraba ayer al 43,55% de su capacidad, dos puntos más que el pasado lunes. Las últimas lluvias caídas en la franja atlántica han supuesto un balón de oxígeno para las reservas de agua, sobre todo para aquellos embalses que abastecen a la población, que están ahora al 57,48% frente al 48,51% que presentaban el pasado 24 de octubre.

Es el caso del de Eiras, en Vigo, que en solo cuatro días pasó de estar al 42,9% de su capacidad al 65,52%. Esta subida de 20 puntos en la principal presa de la que se abastece la ciudad y su área de influencia llevaron a la Consellería de Medio Ambiente a asegurar que "desaparece el riesgo de restricciones de agua" en esta zona hasta finales de año al haber ganado reservas para 40 días más. El propio alcalde de Vigo, Abel Caballero, que desde septiembre venía alertando de que el suministro de agua potable en la ciudad y su comarca corría peligro, reconoció que tras las lluvias de esta semana la situación de Eiras "da tranquilidad" pero, no obstante, indicó que el ayuntamiento continuará con las medidas de ahorro por prevención.

Con la llegada de la lluvia, la Xunta decidió ayer levantar también la restricción de toma de caudal a Ence, puesto que la presa Pontillón de Castro está en el 76,31%.

Y mientras la situación se normalizaba en los embalses, el 112 hacía balance de una semana muy ajetreada. La Xunta informó de que entre la medianoche del miércoles y las 08.00 horas de ayer la central de emergencias recibió más de 4.000 llamadas y atendió 445 incidencias relacionadas con el temporal. Pontevedra, con 303 de los avisos, y A Coruña (77) volvieron a ser las más afectadas con especial incidencia en Vigo (donde la Policía Local realizó 150 intervenciones), Porriño, Baiona o Fisterra, donde el viento levantó varias placas metálicas de la cubierta de la lonja. También hubo problemas en 25 carreteras por bolsas de agua, árboles y obstáculos sobre el firme y salidas de vía sin gravedad ante las que se movilizó sobre el terreno a 74 personas.