Si los planes del Gobierno para mejorar y optimizar el transporte ferroviario de viajeros en España salen bien, viajar en tren dentro de un año podría ser más barato. Así lo espera el secretario de Estado de Infraestructuras, Rafael Catalá, quien considera que la liberalización del sector a partir del 31 de julio de 2013 y la previsible entrada de otros operadores en competencia directa con Renfe debería traducirse "en breve tiempo" en un descenso del precio de los billetes. "Creo que es uno de los efectos de la apertura de los mercados, un proceso que es bueno para las empresas, incluida la pública Renfe, porque las obliga a hacer mejor las cosas y a abaratar los precios tanto como sea posible", explicó el alto cargo de Fomento en una entrevista a la cadena COPE.

Dos días después de que el Congreso diese luz verde al real decreto de reforma del sector ferroviario presentado por el Gobierno, Rafael Catalá también se refirió al futuro de las llamadas líneas deficitarias, aquellas que por su escasa demanda de usuarios generan muchos más gastos que ingresos. Tras confirmar que "a final de año" Fomento tendrá listo un estudio "minucioso y detallado sobre la red ferroviaria" que determinará las líneas deficitarias susceptibles de ser suprimidas o reestructuradas, Catalá aclaró que "la rentabilidad" de una línea de tren "no se puede medir solo en términos económicos, dado que también existe un componente de rentabilidad social, de vertebración social, difícil de medir". El Gobierno tendrá en cuenta ese factor en su decisión pero según avanzó Catalán aquellas líneas "con muy baja ocupación, inferior al 15%, y algunos servicios tremendamente costosos, como los tren-hotel" corren serio peligro. "Eso tiene poco sentido y habrá que revisarlo", admitió.

Hasta la fecha las líneas de tren deficitarias sobrevivían gracias a las subvenciones del Gobierno y las comunidades, entre ellas, la Xunta. En el caso de Galicia las principales líneas deficitarias son A Coruña-Ferrol, A Coruña-Monforte y Ourense-A Mezquita, tres conexiones que ni siquiera con las subvenciones públicas han logrado ganar usuarios en la última década. Esta fue la razón esgrimida por la Xunta el año pasado para dejar de inyectar dinero a estos trenes, que desde entonces subvenciona Fomento en solitario para evitar que Renfe las cierre.

El futuro de estas ayudas públicas, con todo, lleva en el aire desde la pasada legislatura y la actual ministra de Fomento, Ana Pastor, confirmó la semana pasada que habrá un cambio de filosofía por parte del Gobierno respecto a las conexiones deficitarias. Su futuro, según dijo, dependerá del informe al que ayer se refirió Catalá y que Fomento tomará como base para decidir qué líneas ferroviarias desaparecen por su "ineficiencia y falta de rentabilidad económica y social" y cuáles seguirán funcionando por su consideración de servicio público.

En cuanto al futuro de Renfe una vez que el sector se abra a la libre competencia, Catalá justificó su segregación en cuatro empresas "para fortalecer al operador público y su empleo", una opinión que no comparten los trabajadores, que han convocado una huelga contra la reforma el próximo 3 de agosto.