Desde la gran crisis láctea de 2009, que movilizó a miles de ganaderos en las calles de toda Europa, el sector no sufría una situación económica tan extrema. A la caída de precios que se empezó a detectar a mediados de 2011 y se agravó en 2012 (con un descenso acumulado del 10% en Galicia) se sumó el incremento de los costes de producción, derivado del encarecimiento del gasóleo agrícola (un 23% más caro que en enero) y de la electricidad pero, sobre todo, del precio de los piensos. Teniendo en cuenta estos tres factores (leche, gasóleo y cereales) a las granjas gallegas les cuesta hoy seis céntimos más producir cada litro de leche que hace ocho meses, lo que eleva las pérdidas medias de una explotación a más de mil euros mensuales.

Si se mantienen estas cifras, estimadas por Unións Agrarias a partir de los ingresos y gastos de una granja de tamaño medio con 200.000 kilos de cuota, el sector cerrará la campaña que comenzó en abril con unas pérdidas de más de 12.000 euros, que se sumarán a los 6.200 euros que, por término medio, arrastran ya del año anterior. El alza de los cereales desde marzo, de hecho, le cuesta a las 11.500 explotaciones de leche de Galicia unos 13 millones de euros cada mes. Y según avisan desde los sindicatos gallegos, la situación podría empeorar.

Roberto García, secretario xeral de UUAA, da por hecho que el próximo lunes se hará pública una nueva subida de los piensos que, calcula, encarecerá en otros dos céntimos el kilo de cereal. "Es la primera vez en la historia que un kilo de pienso cuesta más que un litro de leche", denuncia García, que explica que existe una "relación directa y proporcional" entre el precio de ambos productos y que el desequilibrio que se viene arrastrando desde finales de febrero ha acabado con el margen de beneficio que tenían las explotaciones lácteas en Galicia.

Tres cuartas partes de los costes de una explotación se van en alimentar al ganado, porcentaje que incluso se puede incrementar en aquellas granjas sin base territorial y que, por tanto, dependen por completo de la importación para alimentar a su ganado. Por eso, en el momento en que el precio del pienso se empezó a disparar, los productores gallegos entraron casi de inmediato en pérdidas. La crisis entre España y Argentina por Repsol derivó en la primera subida importante, la de la soja, uno de los principales aportes proteínicos de la alimentación del ganado. A principios de año la tonelada de soja argentina costaba 360 euros pero en la actualidad ronda ya los 600. Es el ejemplo más claro, como explica Javier Iglesias, responsable de Gandeiría de UUAA, que añade que también el precio de la cebada se ha disparado hasta los 240 euros (el doble que en 2011) y se prevé una inminente subida del maíz, ya que EEUU (principal productor mundial de este cereal) todavía no han repercutido en los precios el impacto de la terrible sequía que ha marcado la cosecha de este año.

Evolución

Por un motivo u otro, desde febrero el precio medio de los diferentes tipos de cereal se incrementó entre 8 y 9 céntimos, al pasar de los 0,30 euros que costaba el kilo de pienso a los 0,36 o 0,37 que se paga en la actualidad. Si la próxima semana se confirma la subida anunciada por los sindicatos, el coste de alimentar al ganado se elevará aún más (hasta los 0,39 euros por kilo de cereal) y la situación para las granjas, denuncian, será "insostenible".

La otra cara de la moneda es el precio de la leche en origen, que desde enero no ha dejado de caer, especialmente en Galicia. Los productores gallegos fueron en junio (último dato oficial) los que percibieron el precio más bajo de toda España, 0,28 euros, mientras un ganadero valenciano, por ejemplo, cobró por cada litro de leche 0,34 euros. Esta merma de ingresos, de un 10,06% desde enero, ha llevado a los productores a advertir de que si las entregas de agosto no se pagan a un precio que se aproxime a los costes de la alimentación del ganado, habrá granjas que entren en una suspensión de pagos de facto.

A partir del 3 de octubre se podrá aplicar ya el llamado paquete lácteo, un conjunto de medidas aprobadas por la Comisión Europea en abril para allanar el camino a la desaparición de las cuotas en 2015 y aumentar la capacidad negociadora de los productores. Desde ese momento, cada estado tendrá la opción de aplicar y desarrollar estas medidas voluntariamente y con su propia normativa.

En España, el Real Decreto que traspondrá el paquete lácteo estará listo entre la segunda y la tercera semana de septiembre, con la intención de que en octubre se pueda aplicar ya la obligatoriedad de los contratos entre industria y productores. Así se comprometió al menos el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, en la reunión que mantuvo el pasado martes en Madrid con representantes de industria, grandes distribuidoras y ganaderos.

El anuncio del ministro supone un adelanto respecto a los plazos previstos por el Gobierno, que hace unos meses reconoció su intención de retrasar hasta abril de 2013 la implantación de los contratos obligatorios. Finalmente, y ante la presión de los ganaderos, que confían en esta herramienta contractual y en la nueva figura de las Organizaciones de Productores Lácteos para lograr un mayor poder negociador frente a la industria, el Gobierno ha acelerado los trámites y pretende imponer los contratos lácteos como obligatorios este año.